Un
lunar no es más que una acumulación de células de la piel llamadas melanocitos,
que crecen en grupos. Estas células llaman la atención porque son diferentes al
resto del entorno donde se encuentras, generalmente salen de la cintura hacia
arriba en dirección al sol.
Estas
agrupaciones de células de colores más oscuras que nuestro resto de piel,
muchas veces se ven llamativas, exóticas y hasta sensuales; en otras ocasiones
debemos de ponernos en alerta pues podrían significar señales de peligro
inminente.
Así
como funciona nuestro cuerpo, también funciona nuestro cerebro, vamos
acumulando en nuestra mente escenas, hechos, circunstancias, palabras,
recuerdos dramáticos o trágicos, que hace que se vaya modificando nuestra forma
natural y humana de pensar y por consecuencia actuar.
Recordemos
que fuimos creados a imagen y semejanza de Dios (Génesis: 1:27), y que todo lo
que El creó, lo hizo bueno en gran manera (Génesis 1:31), por esta razón (se
supone) nuestros pensamientos, palabras y acciones deben estar enfocadas en
amar a Dios, a nosotros y a nuestro prójimo.
Tristemente,
existen un grupo de personas que están enfocadas en dañar, denigrar, rebajar, y
hasta exterminar, tanto las relaciones con los demás como consigo mismo mismos.
Es triste ver como nosotros mismos somos capaces de dañarnos sin ni siquiera
sentir un ápice de misericordia o arrepentimiento.
Estamos
tan acostumbrados a lo malo, que lo llamamos “bueno”, y viceversa; esta forma
de destrucción está siendo promovida por todos los medios posibles, tv, radio,
internet, prensa escrita etc.; y nosotros, los llamados cristianos (no porque
pertenezcamos a una congregación en especial, sino porque creemos en
Jesucristo) estamos ayudando a difundir lo malo; me preguntaras ¿Cómo es esto?,
pues te cuento que cuando permitimos que nuestros niños y jóvenes escuche y
vean todo lo que este mundo le suministra, y no somos capaces de instruir,
corregir y supervisarlos, entonces estamos promoviendo lo malo.
Una
cosa tan simple como no hacer nada, puede ser el ingrediente principal para que
todo lo que viene sea un desastre. Si no prestamos atención, si no vemos las
alertas y hacemos algo para corregir lo malo, entonces se puede convertir en un
tumor maligno, como esos lunares que salen en nuestra piel y que van creciendo
lentamente, pero no prestamos atención hasta que ya es demasiado tarde…
Dios
hoy nos llama a que estemos atento a nuestros hijos (niños, jóvenes o adultos),
nos llama para que les dediquemos tiempo a la salud mental y espiritual tanto
de nuestros hijos, como a nuestra propia vida espiritual y física.
Saca
tiempo para el culto familiar, incentiva la participación de tus hijos en las
actividades de la iglesia, cultiva la cortesía, la moral, el civismo, el
respeto y el compromiso social en tu familia. Volvamos a las sendas antiguas,
busquemos el rostro de Dios en oración y le hallaremos y disfrutaremos de las
maravillosas promesas de vida en abundancia, pero vida “buena en gran manera”.
Dios
te bendiga y te guarde y haga resplandecer su rostro sobre ti. Recuerda pasar
por nuestro canal de YouTube, suscríbete y comparte el mensaje de esperanza; en
redes sociales estamos como oloracielord, y recuera, debemos estar atentos a
los lunares de la vida.