Cuando
hablamos de tolerancia, nos referimos a esa actitud que poseen las personas que
respetan las opiniones, ideas o actitudes de las demás personas, aunque no
coincidan con las opiniones propias; esto nos pone a pensar entonces, que
estamos carentes de tolerancia, lo cual se ve reflejado en todos los lugares
que visitamos, por las calles que transitamos, con las personas que tratamos a
diario, etc. Y ni hablar de cuando nos toca salir a la calle a manejar para
trasladarnos de un lugar a otro; el nivel de tolerancia es cero; ciertamente
vivimos a la defensiva, queremos todo rápido y para nosotros solos.
Esto
nos vuelve cada vez más egoístas, más vulnerables y menos pacientes. Con todos
estos sentimientos desordenados, lo único que conseguimos es estar tristes y
malhumorados; lo que a su vez nos lleva a ser agresivos con nuestros
semejantes. Debemos hacer hoy un alto, y pensar ¿Cómo esta nuestro grado de
tolerancia? ¿somos capaces de respetar las opiniones de los demás? ¿estamos en
la capacidad de proporcionar ayuda a nuestros semejantes? ¿irradiamos paz y
felicidad en nuestras acciones? ¿estamos en la capacidad de dialogar y llegar a
acuerdos importantes con nuestros contrarios? ¿reflejamos con nuestras acciones
lo que predicamos con nuestra boca?...
Es
fácil estar bien con aquellos que se llaman ser nuestros amigos, pero es muy
difícil convivir con nuestros enemigos, y lograr crear un ambiente habitable,
afable, confortable, en el cual podamos desarrollarnos y permitamos que los
demás también se desarrollen.
Este
es el propósito divino, que podamos estar unánimes, con un solo sentir, como
dice en Filipenses 2:2 “hagan completo mi gozo, siendo del mismo sentir,
conservando el mismo amor, unidos en espíritu, dedicados a un mismo propósito”.
Para
poder lograr esto es necesario que el amor de Dios more en nuestros corazones;
esto es posible siempre y cuando nos entreguemos por completo a la voluntad del
Padre celestial, le lleguemos a amar con todas nuestras fuerzas y estemos
dispuestos a recibir su perdón y su amor.
Hoy te
invito a depositar todas tus cargas en las manos de nuestro Dios eterno, que te
coloques en la actitud de recibir el perdón y el amor de Dios, y que en esa
misma medida estemos dispuestos a dar perdón y amor a los que nos rodean, sin
importar que estén de acuerdo o no con nuestras ideas y opiniones.
Que
Dios te bendiga, recuerda pasar por nuestras redes sociales como Oloracielord,
y nuestro canal de YouTube Oloracielord. Bendiciones.
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