Amados, el deseo de escuchar la voz de Dios es el anhelo más noble del corazón de un creyente, porque es a través de Su voz que recibimos dirección, consuelo, corrección y revelación de Su amor.
Es importante entender que Dios no siempre nos habla con una
voz audible, como lo haríamos nosotros. Él es un Dios personal y se comunica de
diversas maneras, todas ellas poderosas y llenas de propósito. Algunas de las
formas principales en que podemos escuchar Su voz son las siguientes (con el
respaldo de Su Palabra):
Dios nos habla por medio de Su Palabra Escrita: La Biblia
Esta es la forma más clara, consistente y autoritativa en
que Dios nos habla. La Biblia es Su carta de amor y Su manual de vida para
nosotros, donde se nos comparten instrucciones específicas para poder alcanzar
el nivel de sabiduría, gracia y entendimiento que Dios ya predestino para
nosotros. Si queremos escuchar a Dios, debemos inevitablemente sumergirnos en
Su Palabra (bajo la dirección del Espíritu Santo). Debemos confiar en las enseñanzas
de ella.
En el libro de 2 Timoteo 3:16-17 (Reina-Valera 1960), nos
dice cuál es la esencia y el propósito de la biblia:
"Toda la
Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para
corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea
perfecto, enteramente preparado para toda buena obra."
Otro verso nos confirma como nosotros deberíamos ver la
Biblia (Salmos 119:105 RV1996):
"Lámpara es a
mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino."
Cuando leemos, meditamos y estudiamos la Biblia, el
Espíritu Santo ilumina nuestro entendimiento y nos revela la voluntad de
Dios para nuestras vidas. Es como si Él nos hablara directamente a través de
sus páginas.
Dios nos habla por medio del Espíritu Santo
Una vez que hemos recibido a Cristo, el Espíritu Santo mora
en nosotros. Él es nuestro Consolador, nuestro Guía y Quien nos revela la
verdad de Dios. A menudo, Su voz es una convicción interna, una paz que
sobrepasa todo entendimiento, o un suave susurro a nuestro espíritu.
Los siguientes versos nos confirman esto:
"Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre
enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo
que yo os he dicho." (Juan 16:13 RV 1996).
"Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará
a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo
lo que oiga, y os hará saber las cosas que habrán de venir." (Juan 16:13 RV
1996).
Una de las cosas más importantes que debemos hacer para poder
escuchar al Espíritu de Dios hablar a nuestras vidas es necesariamente aquietar
nuestro corazón, pasar tiempo en oración y estar sensibles a Sus impresiones.
Dios nos habla por medio de la Oración y la Meditación
La oración no es solo hablar con Dios, no debe ser un acto mecánico
y monótono de versos repetidos, es mucho más que eso, es derramar nuestros
sentimientos, pensamientos y palabras en El, contarle todo con lujos de
detalles, no para informarle (porque Dios conoce TODO de nosotros), sino más
bien para escucharnos a nosotros mismos y ejercer la sinceridad, esto nos
ayudara a estar prestos para también escucharle. En la quietud de nuestra
comunión con Él, abrimos nuestro espíritu para recibir Su dirección. A veces,
la "voz" de Dios es una idea que Él planta en nuestra mente, una
claridad que llega después de un tiempo de reflexión, una impresión, un deseo.
Los siguientes versos nos clarifican la manera de cómo
debemos orar y meditar:
"Clama a mí, y
yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no
conoces." (Jeremías 33:3 RV 1960)
"Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; exaltado
seré entre las naciones; enaltecido seré en la tierra." (Salmos 46:10 RV
1996)
Dedica tiempo a solas con Dios, sin distracciones, sin
ruidos internos ni externos, y pídele que te hable, te sorprenderás los
resultados que puedes obtener al estar a solas con Jesucristo en oración.
Dios también nos habla por medio de Circunstancias y
Consejos Piadosos
Dios usa las circunstancias de nuestra vida y a otras
personas, especialmente a hermanos maduros en la fe, para hablarnos y
confirmarnos Su voluntad. Sin embargo, siempre debemos filtrar estas
"voces" a través de la Palabra de Dios. Cualquier consejo o
circunstancia que contradiga la Biblia no es de Dios.
Meditemos en los siguientes versos:
"Donde no hay
dirección sabia, caerá el pueblo; más en la multitud de consejeros hay
seguridad." (Proverbios 11:14 RV 1960).
"Fíate de Jehová
de todo tu corazón, y no te apoyes en tu propia prudencia. Reconócelo en todos
tus caminos, y él enderezará tus veredas." (Proverbios 3:5-6 RV 1996).
Escuchar la voz de Dios es un proceso que requiere un
corazón humilde, dispuesto a obedecer, y una vida dedicada a buscarle. A esto debemos
agregar inevitablemente el ayuno (el cual fue una práctica común en Jesucristo
antes de ir en oración al Padre, pero este tema lo desarrollaremos más
adelante).
Oración del día: "Amado Padre celestial,
anhelo escuchar Tu voz. Te pido que abras mis ojos para entender Tu Palabra,
que sensibilices mi espíritu a la guía de Tu Santo Espíritu, y que me concedas
la sabiduría para discernir Tu voluntad en mi vida. Ayúdame a aquietar mi alma
para poder oírte con claridad. En el nombre de Jesús, Amén."
Pensamiento Positivo:
Recuerda, hermano/a: Dios anhela comunicarse contigo más de
lo que tú anhelas escucharle. Él es un Padre amoroso que siempre está hablando.
Tu tarea es sintonizar tu corazón con Su frecuencia, confiando que Su voz te
guiará siempre hacia Su perfecto plan para ti. Y si, todavía hay Oloracielo.
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