Cuando hablamos de "prosperidad" en la Biblia, a menudo pensamos solo en lo material, pero Dios tiene un concepto mucho más amplio y profundo. La prosperidad de Dios es integral y holística: abarca nuestro espíritu, alma y cuerpo; nuestras relaciones, nuestra salud, nuestra paz y, sí, también nuestras finanzas, pero siempre con un propósito divino. Él desea nuestro bienestar completo.
Veamos cómo Dios nos prospera y qué pide de nosotros para
que podamos experimentar esa plenitud.
Meditemos en lo siguiente: ¿Cómo Dios nos prospera?
Dios nos prospera de diversas maneras, siempre con Su amor y
sabiduría como fundamento:
- A
través de Su Pacto y Sus Promesas: Dios es un Dios de pactos. Él ha
prometido bendecir a aquellos que le aman y le obedecen. Su deseo es
darnos vida abundante.
En el libro de Deuteronomio 28:1-2 (RV 1960) tenemos un
ejemplo de esto:
"Acontecerá
que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner
por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu
Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti
todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu
Dios."
Aquí vemos que la prosperidad (las bendiciones) es una
consecuencia de escuchar y obedecer la voz de Dios a través de su Palabra (la
Biblia).
- Proveyendo
Todas Nuestras Necesidades: Dios no solo quiere que vivamos, sino que
vivamos bien, con lo necesario para servirle y glorificarle.
Veamos que nos dice la Biblia sobre esto en el libro de Filipenses
4:19 (RV 1996):
"Mi Dios,
pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo
Jesús."
Aquí su Palabra nos muestra que Él es nuestro proveedor fiel,
y dice que suplirá TODO conforme a sus riquezas; piensa en lo que podría darnos
si somos fieles, pues Él es el dueño del mundo, todo le pertenece, y quiere
compartirlo con sus hijos.
- Dándonos
Sabiduría y Discernimiento: La verdadera prosperidad a menudo viene de
tomar decisiones sabias, y Dios nos da esa sabiduría.
En el libro de Proverbios 3:13-16 (RV 1960) encontramos
muestra de esto:
"Bienaventurado
el hombre que halla la sabiduría, y que obtiene la inteligencia; porque su
ganancia es mejor que la ganancia de la plata, y sus frutos más que el oro
fino. Más preciosa es que las piedras preciosas; y todo cuanto puedes desear no
se puede comparar a ella. Largura de días está en su mano derecha; en su
izquierda, riquezas y honra."
La sabiduría es una forma de prosperidad que conduce a otras
riquezas, que pueden ser tanto materiales como inmateriales; los antiguos lo creían
y pudieron experimentarlos con sus propias vidas, y nos han dejado el legado
para que tengamos ejemplo de cómo poder obtenerla en nuestros días.
- Prosperando
Nuestra Alma: La prosperidad más importante es la espiritual, que
nuestra relación con Él crezca y se fortalezca cada día.
En el libro de 3 Juan 1:2 (RV 1960) esta una de las
expresiones más sinceras y que más me gusta de la Biblia; y aun esta promesa está
condicionada por la prosperidad de nuestra vida espiritual:
"Amado, yo
deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como
prospera tu alma."
Este versículo nos muestra el deseo de Dios de una
prosperidad integral, con la prosperidad espiritual como la base todo; es una
linda invitación a poder cuidar, cultivar y asegurar que nuestra vida
espiritual este en la misma sintonía de los deseos de Dios para nuestras vidas.
Entones, luego de haber reflexionado en lo anterior: ¿Qué
pide Dios de nosotros para esto?
Dios, en Su amor, nos invita a participar en Su plan de
bendición. Lo que Él "pide" no son requisitos arbitrarios, sino principios
que nos alinean con Su voluntad y nos posicionan para recibir Sus
bendiciones.
- Obediencia
a Su Palabra: Este es el fundamento de todo. Cuando vivimos según Sus
mandamientos, abrimos las puertas a Sus bendiciones. Esto esta
expresamente establecido en su Palabra:
"Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley,
sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas
conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás
prosperar tu camino, y todo te saldrá bien." (Josué 1:8 RV 1960)
Con esto se nos invita a que escudriñemos y hagamos conforme
a TODO lo que está escrito en su Palabra; no a una parte de ella, porque Dios
es integral. La meditación y la obediencia a la Palabra son esenciales para la
verdadera prosperidad y el "buen éxito" del ser humano.
- Buscar
Su Reino Primeramente: Cuando priorizamos a Dios y Su voluntad para
con nosotros, Él se encarga de nuestras necesidades (TODAS).
Mateo 6:33 (RV 1960) nos dice:
"Mas buscad primeramente
el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas."
"Todas estas cosas" se refiere a nuestras
necesidades materiales, que Él promete suplir cuando Él es nuestra prioridad.
Lo escribió alguien que tenía todo (lo que en ese momento necesitaba) y precisamente
lo dejo todo para seguir a Cristo.
- Generosidad
y Fidelidad en los Diezmos y Ofrendas: Dios nos invita a honrarle con
nuestros bienes, y Él promete abrir las ventanas de los cielos.
El siguiente verso nos relata una promesa hecha por Dios
para todo aquel que ejerza la fidelidad; esto ha sido mal interpretado por
muchos e ignorados por otros, pero Dios en su Sabiduría infinita nos invita a “Probarlo”
en esto:
"Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento
en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si
no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición
hasta que sobreabunde." (Malaquías 3:10 (RV 1960).
También el libro de Proverbios 3:9-10 (RV 1996) nos muestra cómo
hacerlo, asegurándonos de obtener las recompensas por medio de la obediencia:
"Honra a
Jehová con tus bienes, y con las primicias de todos tus frutos; y serán llenos
tus graneros con abundancia, y tus lagares rebosarán de mosto."
Esta es una invitación a ejercer la fe y la confianza en Sus
promesas y en Su provisión.
- Trabajo
Diligente y Responsable: Dios bendice el trabajo de nuestras manos. La
prosperidad no es pasividad, sino el resultado de nuestra labor
bendecida por Él. No pretendamos alcanzar a disfrutar de las bendiciones
de nuestro Dios sin la aplicación de nuestro trabajo, eso es presunción.
Los siguientes versos lo explican de una forma sencilla pero
poderosa:
"La mano
negligente empobrece; más la mano de los diligentes enriquece. (Proverbios 10:4
RV 1960).
"Sea la luz
de Jehová nuestro Dios sobre nosotros; y la obra de nuestras manos confirma
sobre nosotros; sí, la obra de nuestras manos confirma." ("Salmos
90:17 RV 1996).
- Confianza
y Fe en Él: Debemos creer que Él es capaz (ejercer nuestra fe) y que
desea bendecirnos, esto es esencial para poder recibirlas.
En el libro de Jeremías 17:7-8 (RV 1960) se confirma esta
promesa fruto del ejercicio de nuestra fe:
"Bendito el
varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el
árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y
no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de
sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto."
La prosperidad viene de una relación de confianza con
nuestro Padre Celestial. Te invito a meditar en estos puntos estudiados
anteriormente, con el fin de poder comprender cual es el propósito de Dios para
con nosotros; Léelo una vez más, pero hazlo luego de orar a Dios para obtener
entendimiento y discernimiento sobre este estudio; te prometo que te sorprenderás
con los resultados.
Pensamiento Positivo: Recuerden mis amados: La verdadera prosperidad no se mide por lo que posees, sino por lo que eres en Cristo y por la paz que inunda tu corazón. Dios no quiere solo darte cosas, Él quiere darte a Sí mismo, y en Él, tienes todo lo que necesitas para una vida plena y abundante. Confía en Su plan perfecto para ti. Y recuerda que todavía hay Oloracielo.
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