miércoles, 8 de enero de 2025

Necesidad de aprobación.

 


 


La necesidad de aprobación se refiere al deseo o impulso de obtener reconocimiento, aceptación o validación (en alguna forma visible y/o palpable) de los demás. Esta necesidad es natural hasta cierto punto, ya que los seres humanos somos seres sociales y buscamos pertenecer a un grupo. Sin embargo, cuando esta necesidad sobre pasa los limites naturales del ser y se convierte en una excesiva obsesión, puede manifestarse y/o desencadenar en dependencia emocional, inseguridad, o una constante búsqueda de validación externa. Las personas con una alta necesidad de aprobación pueden, podemos llegar a invalidarnos a nosotros mismos; esto puede llevar a manifestaciones como:

  • Modificar su comportamiento para agradar a otros.
  • Temer al rechazo o al conflicto.
  • Evitar expresar opiniones propias por miedo a ser criticadas. Entre muchas otras.

Desde una perspectiva de desarrollo personal, una dependencia extrema de la aprobación externa puede limitar la autonomía, la autoestima y la autenticidad de una persona; puede llegar a dañar ese diseño perfecto que Dios creo en ti y en mí. Y esto definitivamente sucede cuando no estamos en armonía interna.


La Biblia habla sobre la necesidad de aprobación

La Biblia aborda el tema de la aprobación enfocándose en la relación del ser humano con Dios. 

  1. Buscar la aprobación de Dios, no de los hombres:

En Gálatas 1:10, el apóstol Pablo escribe sobre el tema, resaltando una confrontación interna con el propio "yo" del hombre, buscando la respuesta a una verdadera relación de amor con nuestro creador:


“¿Acaso busco ahora la aprobación de los hombres, o la de Dios? ¿O estoy tratando de agradar a los hombres? Si yo todavía estuviera tratando de agradar a los hombres, no sería siervo de Cristo.”

Este versículo subraya la idea y convicción de que la verdadera satisfacción y propósito del hombre, debería estar fundamentada en esa aprobación que vienen de parte de Dios por el hecho de agradar a Dios, no de depender de la aprobación de otros.

  1. La identidad en Cristo:

La Biblia enseña que nuestra valía no depende de lo que otros piensen de nosotros, sino de nuestra identidad como hijos de Dios. En Efesios 1:4-5, se menciona que hemos sido escogidos y amados por Dios desde antes de la creación del mundo. Esto sugiere que la aceptación divina es suficiente y no necesitamos buscar, de ninguna otra fuente, constantemente la validación externa.

  1. Evitar el temor al hombre:

En Proverbios 29:25 se nos advierte sobre este tema:

“El temor del hombre pondrá lazo; más el que confía en Jehová será exaltado.”

Esto implica que depender, en alguna forma, demasiado de la opinión de los demás puede llevar a la esclavitud emocional, a la frustración, la desvaloración y autodestrucción; mientras que confiar en Dios trae libertad a todo ser humano, fortalece nuestro espíritu y nos hace vivir mejor. La finalidad del amor incondicional de Dios es que podamos amarnos de tal manera que podamos amar a nuestro prójimo, teniendo solo como referencia el amor de Dios; esta debe ser nuestra validación.

La invitación del día de hoy es para que aprendamos a ver nuestro valor, a no depender de la aprobación de nadie más, que no sea la de Dios; no aceptes los conceptos erróneos que los demás, en sus propias carencias, han definido de ti. Eres una joya valiosa para Dios, tanto que envió a su unigénito a morir en una cruz por ti y por mí, sin merecerlo.

Se valiente, esfuérzate por conocer y estar más cerca de Dios cada día; acepta tu valor, ese valor que Dios definió desde que naciste. Valídate desde la perspectiva de Dios; elige estructurar tus ideas, pensamientos, palabras y acciones bajo la dirección del Espíritu Santo; no te hagas adicto a la idea, deseo o identidad de los demás.

Amate, valídate, acéptate, valórate y respétate; que los comentarios de los demás no te definan; recuerda y reconoce el valor y el poder de Dios en ti. Escribe tu propia historia, entendiendo y aceptando lo que escribes, porque vas a tener que volverla a leer en algún otro momento.

Dios te bendiga y te guarte, y que la luz de Cristo ilumine cada día de tu vida y dirija cada acción, pensamiento o palabra; y que tus sentimientos estén sostenidos por la mano de Dios Padre todo poderoso.

Oración del día: Padre bueno, poderoso y misericordioso, Enséñame a amarme como tú me amas y a poder amar a los demás como yo me amo; que yo esté en armonía con tus ideales para mí, y que tu aprobación me baste. Ayúdame a reconocer mi verdadera esencia. En el nombre de Cristo Jesús. Amen.


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