La oración es el acto de hablar con
Dios; pero algo tan sencillo, muchas veces se puede convertir en algo confuso,
rutinario o desgastante; Siempre he estado consiente de que Dios escucha las
oraciones de sus hijos, pero no fue algunos años después de haberme bautizado,
cuando comprendí que Dios tiene muchas formas de contestar, es todo un
caballero y contesta siempre; el problema es que muchas veces no nos gustan sus
respuestas.
Para poder entender y aceptar las
respuestas de Dios a nuestras oraciones, se necesita un alto grado de
discernimiento espiritual, de comunicación con Dios, de oración, de estudio de
la palabra, pero sobre todo de rendir nuestro corazón, deseos, pensamientos y
acciones a nuestro Dios; en el momento que logramos encaminar nuestra vida y
ponerla en sintonía con nuestro Hacedor, es el momento entonces cuando
empezamos a escuchar, y entender las respuestas que Dios tiene y da a nuestras
oraciones.
Los que somos padres y/o madres, sabemos
que no todo lo que nuestros hijos nos piden podemos ni debemos darlo; la
situación espiritual no es diferente, es por esto que la biblia hace una comparación
del amor de Dios (similitud) con el amor de los padres para con sus hijos,
dice: ¿Qué hombre hay de vosotros, que si su hijo le pide pan, le dará una
piedra? ¿O si le pide un pescado, le dará una serpiente? Pues si vosotros,
siendo malos, sabéis dar buenas dadivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro
Padre que está en los cielos dará buenas cosas a los que le pidan? (Mateo
7:9-11)
Dios está dispuesto siempre a darnos lo
que necesitamos, a escucharnos y a contestar nuestras oraciones. Es por esto
que, debemos preparar nuestros corazones y nuestra vida espiritual, alinearlas
con los preceptos de nuestro Dios, conocerle y amarle de todo corazón para
poder saber identificar la voz de Dios cuando responde a nuestras oraciones;
teniendo la certeza de que El, como padre amoroso, lo hará.
La invitación del día de hoy es para que
preparemos nuestra vida espiritual y nos acerquemos un poco más a Jesucristo,
por medio del estudio de la biblia, la oración y la comunión con los demás, con
la finalidad de que nuestros sentidos están preparados para poder identificar y
aceptar las respuestas de Dios a nuestras oraciones.
Deja que Dios sea quien dirija tus
pensamientos, palabras, sentimientos, acciones y todo lo que hoy involucre tu
voluntad; entrégale a Él tu corazón e invítalo a que viva en ti; acepta su
amor, perdón y la misericordia de sus respuestas.
Oración del día: Bendito Dios, Padre eterno y
misericordioso; hoy quiero entregarte mi vida por completo, para que la
transformes y me permitas poder escuchar, comprender y aceptar tus respuestas a
cada una de mis oraciones. Hoy quiero conocerte más, amarte más y dejar que
puedas dirigir con amor todo lo que hay en mí; en el nombre de Jesucristo,
Amen.
Dios te bendiga, Dios te guarde,
recuerda que hay Oloracielo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario