jueves, 23 de octubre de 2025

Seguridad y protección en Dios.

 




Cuando pensamos en la protección divina, no hablamos de un simple escudo físico, sino de una cobertura total, constante y amorosa que proviene del Todopoderoso. La Biblia está llena de referencias que nos recuerdan que nuestro Padre celestial es nuestro refugio inexpugnable.

Las promesas de protección para con sus hijos son eternas y son verdaderas, no tenemos que esperar a que la ayuda llegue a nosotros; Él es el auxilio pronto, solo debemos creer que Él está allí para nosotros (esto es fe). En medio de cualquier tormenta, en medio de cualquier situación, por grande e increíble que parezca, para Dios no hay nada imposible. Él es nuestra base segura. Dios no solo nos protege con fuerza, sino también con una vigilancia constante y personal. Somos tan valiosos para Él que nos compara con la parte más sensible y preciada del cuerpo:

"Porque así ha dicho Jehová de los ejércitos: Después de la gloria me enviará él a las naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su ojo." Zacarías 2:8 (Reina-Valera 1960).

Si en algún momento sentimos que no podemos más, que las fuerzas nos faltan, que ya no podemos seguir, si el problema es muy grande o el dolor muy intenso, si alguien intenta dañarnos en cualquier dimensión de nuestras vidas, está tocando directamente la "niña de Su ojo". ¡Qué nivel de intimidad y defensa! (medita en esto).

 La protección más grande que Dios nos ofrece no es solo física, sino espiritual y eterna. Nada puede separarnos del amor y la seguridad que tenemos en Jesucristo:

"Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro." Romanos 8:38-39 (Reina-Valera 1996).

Esta es la certeza de que, aunque el mundo se caiga a pedazos, nuestra alma está segura en las manos de nuestro Dios Padre Todo Poderoso.

Oración del día: "Padre celestial, te doy gracias porque eres mi refugio y mi fortaleza. Gracias por Tu cobertura perfecta y por la seguridad que encuentro bajo Tus alas. Ayúdame a recordar que, pase lo que pase, nada me puede separar de Tu amor. En el nombre de Jesús, Amén."

Pensamiento Positivo:

Recuerda, hermano/a: Tu seguridad no depende de la fuerza ni el tamaño de tu fe, sino de la fidelidad de Aquel en quien confías. Si Dios es tu protector, ¿quién podrá estar verdaderamente en tu contra? Camina hoy con la certeza de que estás guardado por el Rey de reyes y Señor de señores. Y recuerda agradecer por su protección y sus cuidados. No olvides que todavía hay Oloracielo.


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