Cuando pensamos en
la protección divina, no hablamos de un simple escudo físico, sino de una
cobertura total, constante y amorosa que proviene del Todopoderoso. La Biblia
está llena de referencias que nos recuerdan que nuestro Padre celestial es
nuestro refugio inexpugnable.
Las promesas de protección
para con sus hijos son eternas y son verdaderas, no tenemos que esperar a que
la ayuda llegue a nosotros; Él es el auxilio pronto, solo debemos creer
que Él está allí para nosotros (esto es fe). En medio de cualquier
tormenta, en medio de cualquier situación, por grande e increíble que parezca,
para Dios no hay nada imposible. Él es nuestra base segura. Dios no solo nos
protege con fuerza, sino también con una vigilancia constante y personal. Somos
tan valiosos para Él que nos compara con la parte más sensible y preciada del
cuerpo:
"Porque así
ha dicho Jehová de los ejércitos: Después de la gloria me enviará él a las
naciones que os despojaron; porque el que os toca, toca a la niña de su
ojo." Zacarías 2:8 (Reina-Valera 1960).
Si en algún momento
sentimos que no podemos más, que las fuerzas nos faltan, que ya no podemos
seguir, si el problema es muy grande o el dolor muy intenso, si alguien intenta
dañarnos en cualquier dimensión de nuestras vidas, está tocando directamente la
"niña de Su ojo". ¡Qué nivel de intimidad y defensa! (medita en
esto).
La
protección más grande que Dios nos ofrece no es solo física, sino espiritual y eterna.
Nada puede separarnos del amor y la seguridad que tenemos en Jesucristo:
"Por lo cual
estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni
potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni
ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo
Jesús Señor nuestro." Romanos 8:38-39 (Reina-Valera 1996).
Esta es la certeza
de que, aunque el mundo se caiga a pedazos, nuestra alma está segura en las manos
de nuestro Dios Padre Todo Poderoso.
Oración del día:
"Padre celestial, te doy gracias porque eres mi refugio y mi
fortaleza. Gracias por Tu cobertura perfecta y por la seguridad que encuentro
bajo Tus alas. Ayúdame a recordar que, pase lo que pase, nada me puede separar
de Tu amor. En el nombre de Jesús, Amén."
Pensamiento
Positivo:
Recuerda,
hermano/a: Tu seguridad no depende de la fuerza ni el tamaño de tu fe,
sino de la fidelidad de Aquel en quien confías. Si Dios es tu protector, ¿quién
podrá estar verdaderamente en tu contra? Camina hoy con la certeza de que estás
guardado por el Rey de reyes y Señor de señores. Y recuerda agradecer por su protección
y sus cuidados. No olvides que todavía hay Oloracielo.
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