Muchas veces hacemos juicio a priori de personalidad y carácter sobre personas a las cuales (en la mayoría de los casos) no le hemos dirigido la palabra nunca antes; pero que nos creamos un juicio de valor por la mera percepción de gestos o palabras que en la mayoría de los casos son circunstanciales.
Esto nos lleva a colocarnos del lado de los verdugos, de los enjuiciadores, de aquellas personas que viven solo para criticar las acciones de los demás, sin poner un poquito de empeño en mejorarse a ellos mismos. Esto aplica también en el caso de las personas que practican una religión o tienen alguna profesión de fe.
En la mayoría de los casos creemos que existe un protocolo estipulado en la biblia por el cual las mujeres y los hombres deben regir su ornamento externo (algún tipo de vestimenta en particular, o el uso o no de algunos accesorios); quiero decirte hermano/a querido/a que el ornamento mas importante y en el cual Dios fija su atención y su mirada es en el interno; no es en vano que nos dice la palabra en la siguiente cita bíblica, que debemos cuidar ese interior y debemos ataviarnos con los dones que Dios da y desarrolla en y para nosotros, veamos:
1Pedro 3-5: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos”.
Ser una persona afable y apacible significa ser agradable, dulce, manso, suave en la conversación, condición y el trato tanto propio como para el prójimo; cuando hacemos uso de estos dones nos sentimos cada vez más cerca de nuestro padre celestial y gozamos de las bendiciones de su presencia en nuestras vidas. Rompamos esos viejos estereotipos y vivamos una vida acompañada de Jesucristo.
En estos tiempos es muy difícil encontrar o practicar estos dones en y con los demás, a razón de que las personas vivimos tan inmersas en nuestros propios asuntos, problemas, situaciones o circunstancias, que nos olvidamos de la existencia y propósito del prójimo en nuestras vidas.
Hoy quiero invitarte a que me acompañes a meditar en esto, que busquemos minuciosamente y conscientemente aquellos prójimos que están demandando algún tipo de atención por parte nuestra; practiquemos sin descanso el bello arte de ser afable y apacible; no permitamos que los problemas, carencias, circunstancias adversas, o simples criticas ajenas nos hagan ser indiferentes al amor que Dios nos brinda diariamente y a la oportunidad que tenemos a diarios de reconciliarnos con nuestro Dios, cualquiera que sea tu idea de Él.
Que Dios pueda bendecirte, y recuerda compartir este articulo si te gustó. Puedes visitar nuestro canal de YOTUBE, y nuestras redes sociales como oloracielord. Bendiciones.
Los estereotipos equivocados.
Muchas veces hacemos juicio a priori de personalidad y carácter sobre personas a las cuales (en la mayoría de los casos) no le hemos dirigido la palabra nunca antes; pero que nos creamos un juicio de valor por la mera percepción de gestos o palabras que en la mayoría de los casos son circunstanciales.
Esto nos lleva a colocarnos del lado de los verdugos, de los enjuiciadores, de aquellas personas que viven solo para criticar las acciones de los demás, sin poner un poquito de empeño en mejorarse a ellos mismos. Esto aplica también en el caso de las personas que practican una religión o tienen alguna profesión de fe.
En la mayoría de los casos creemos que existe un protocolo estipulado en la biblia por el cual las mujeres y los hombres deben regir su ornamento externo (algún tipo de vestimenta en particular, o el uso o no de algunos accesorios); quiero decirte hermano/a querido/a que el ornamento mas importante y en el cual Dios fija su atención y su mirada es en el interno; no es en vano que nos dice la palabra en la siguiente cita bíblica, que debemos cuidar ese interior y debemos ataviarnos con los dones que Dios da y desarrolla en y para nosotros, veamos:
1Pedro 3-5: “Vuestro atavío no sea el externo de peinados ostentosos, de adornos de oro o de vestidos lujosos, sino el interno, el del corazón, en el incorruptible ornato de un espíritu afable y apacible, que es de grande estima delante de Dios. porque así también se ataviaban en otro tiempo aquellas santas mujeres que esperaban en Dios, estando sujetas a sus maridos”.
Ser una persona afable y apacible significa ser agradable, dulce, manso, suave en la conversación, condición y el trato tanto propio como para el prójimo; cuando hacemos uso de estos dones nos sentimos cada vez más cerca de nuestro padre celestial y gozamos de las bendiciones de su presencia en nuestras vidas. Rompamos esos viejos estereotipos y vivamos una vida acompañada de Jesucristo.
En estos tiempos es muy difícil encontrar o practicar estos dones en y con los demás, a razón de que las personas vivimos tan inmersas en nuestros propios asuntos, problemas, situaciones o circunstancias, que nos olvidamos de la existencia y propósito del prójimo en nuestras vidas.
Hoy quiero invitarte a que me acompañes a meditar en esto, que busquemos minuciosamente y conscientemente aquellos prójimos que están demandando algún tipo de atención por parte nuestra; practiquemos sin descanso el bello arte de ser afable y apacible; no permitamos que los problemas, carencias, circunstancias adversas, o simples criticas ajenas nos hagan ser indiferentes al amor que Dios nos brinda diariamente y a la oportunidad que tenemos a diarios de reconciliarnos con nuestro Dios, cualquiera que sea tu idea de Él.
Que Dios pueda bendecirte, y recuerda compartir este articulo si te gustó. Puedes visitar nuestro canal de YOTUBE, y nuestras redes sociales como oloracielord. Bendiciones.
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