Muchas veces
nos encontramos en situaciones difíciles, incomodas, situaciones que pensamos
que nunca nos iban a pasar a nosotros, pero que tristemente (en eso momento)
somo protagonista de lo que no veíamos venir.
Estas
situaciones sin duda tienen el poder de hacernos sentir tristes, vacíos, decepcionados
de nosotros mismos, sin fuerzas para continuar, nos roban la energía, nos
quitan las ganas de avanzar, de seguir y a veces hasta de vivir; pero es justo allí,
en aquel pozo profundo, oscuro y mal oliente, donde debemos utilizar todo lo
que nos queda, la poca energía, la poca fuerza, la poca Fe… y debemos levantarnos
para tomar la armadura de Dios, aquella que nos dice Pablo en el libro de Efesios;
el Apóstol nos relata que no tenemos luchas contra carne ni sangre, el enemigo
de las almas toma forma de amigos, conocidos, familiares, compañeros de
trabajo, vecinos, etc., con tal de apartarnos de Dios, de enemistarnos con El,
de alejarnos de su presencia.
Pablo, que
había pasado por muchas dificultades por causa de su fe, nos da la clave para
poder permanecer en pie en esos días difíciles, y nos habla de esa armadura de
Dios, y de cómo debemos usarla; lee conmigo el siguiente pasaje:
Por
lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. Vestíos
de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las
asechanzas del diablo. Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino
contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas
de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. Por
tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el
día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. Estad, pues, firmes,
ceñidos vuestros lomos con la verdad, y
vestidos con la coraza de justicia, y
calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz. Sobre
todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis
apagar todos los dardos de fuego del maligno. Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando
en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia
y súplica por todos los santos; (Efesios 6:10-18 versión RV 1960).
De esta
lectura podemos extraer algunas ideas principales e importantes que nos
ayudaran a permanecer en Dios. Por alguna razón (que Pablo conocía
perfectamente) el Apóstol nos insta repetidas veces a resistir y
permanecer firmes, nos dice que tomemos y nos pongamos la armadura de
Dios, y nos dice cuáles son los componentes de esa armadura; nos detalla
paso a paso lo que debemos hacer; primero nos dice que debemos decir y
permanecer en la verdad, que actuemos con justicia, que
prediquemos el Evangelio de la Paz, con Fe, creyendo firmemente
en la salvación, lo cual haremos si tomamos y asumimos la palabra de
Dios como nuestro manual de vida, pidiendo en oración (constante y vigilantes)
la presencia de Dios en nuestras vidas. Cuando el apóstol habla sobre su propia
experiencia, nos relata cual será el resultado de hacer y tener todo esto en nuestras
vidas: “…a fin de que al abrir mi boca me sea dada palabra para dar a
conocer con denuedo el misterio del evangelio” (verso 19).
Esto mis
hermanos es nuestra misión, es la esencia del cristiano, debería ser nuestra razón
de ser, pues es la misión que el mismo Jesucristo nos encomendó cuando dice en los
Evangelios:
“Por
tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre
del Padre, y del hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las
cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, y
hasta el fin del mundo. Amen” (Mateo 28: 19 y 20); “Id por todo el mundo y
predicad el evangelio a toda criatura…” (Marcos 16:15)
Como hijos
de Dios, debemos colocarnos la armadura de Dios, y a pesar de las pruebas,
nunca, pero nunca perdamos nuestras Fe; no demos lugar al diablo en nuestras
vidas, aunque se vista de un buen amigo, de un ser querido o incluso de algún familiar
muy cercano. No está permitido entregar nuestra Fe en las manos depredadoras
del diablo; por el contrario, permanezcamos alimentando nuestro espíritu,
nuestro corazón, nuestros sentimientos y carácter con la palabra de Dios, con
la oración constante y con las acciones de justicia y paz.
Hoy la invitación
es para que, a pesar de, tomemos la firme decisión de estudiar, orar, y
compartir la palabra de Dios por medio de nuestros testimonios, por medio de
los milagros que hemos recibido; aumentemos la llama de nuestra fe y cumplamos
el propósito de Dios en nosotros. Que Dios te bendiga y te guarde, recuerda que
hay Oloracielo.
Oración
del día: Amado
Dios y Padre nuestro, te pido perdón por haber permitido alguna vez que mi Fe
sea debilitada por aceptar comentarios o acciones de personas que se han dejado
usar del enemigo de las almas; te pido que vengas a mi auxilio y que renueves
mis fueras; que me tomes y transformes en una nueva criatura para ti; ayudes a
permanecer firme en tu palabra, aumenta mi Fe, y que pueda yo abrir mi boca para
contar los milagros que has realizado en mi vida; que tu obra sea exaltada por
medio de mis palabras, y que muchas almas te conozcan por medio de mis
acciones. En el nombre poderoso de Jesucristo, Amen.