Diariamente el ser humano,
tiene la esperanza de recibir un milagro en algún momento del día, y para
cualquier situación (solo hay que estar vivo).
El cristiano (que le cree
a Cristo), sin embargo, diariamente agradece por los milagros recibidos; ellos
entienden que el solo hecho de poder levantarse en la mañana ya es un milagro.
Es casi seguro que hoy te
levantaste y no te percataste de esto; Dios ha hecho un milagro más en ti hoy, al
permitirte levantarte de esa cama, abrir los ojos y poder ver a tu familia, de
poder tener un lugar donde ir a trabajar (los que están trabajando fuera de casa
y los que tienen empleo), te dio la oportunidad de respirar, de hablar, de
comer, de sonreír…
Dios está hoy, al igual
que ayer, dispuesto a realizar un milagro en tu vida; quiero compartir la
historia de unos de los milagros realizados por Jesucristo, este relato se encuentra
en el libro de Marcos 4: 35-41, y dice:
Y
entrando él en la barca, sus discípulos le siguieron. Y he aquí que se levantó
en el mar una tempestad tan grande que las olas cubrían la barca; pero él dormía.
Y vinieron sus discípulos y le despertaron, diciendo: !!¡Señor, sálvanos, que
perecemos!; Él les dijo: ¿Por qué teméis, hombres de poca fe? Entonces,
levantándose, reprendió a los vientos y al mar; y se hizo grande bonanza. Y los
hombres se maravillaron, diciendo: ¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y
el mar le obedecen?
Del texto anterior sólo
quiero resaltar dos cosas (podría pasarme todo el día reflexionando y hablando
sobre el tema), estos dos puntos a considerar hoy son: el hecho de que los discípulos
fueron a donde Jesús a “despertarle”; y el otro punto es que Jesús les pregunta
¿Por qué teméis?; estos dos puntos deberían de hacernos reflexionar en el
entendido de que El hombre, generalmente va a Jesús cuando se levanta la
tempestad, va alterado, desesperado, angustiado y agobiado, procurando con
prontitud resolver sus problemas.
En el otro punto podemos reflexionar
en el hecho de que Jesucristo siempre está dispuesto a socorrernos, y al imaginarme
esa escena me imagino la cara que pudo haber puesto Jesús al declarar esa
pregunta, pues es de extrañar que, si realmente tuvieran fe y entendieran el
poder y el alcance del amor de Dios, no debían de estar preocupados ni
agitados; solo debieron confiar en que Jesús iba en la barca y que los protegería.
Pero humanamente no estamos preparados
para estar consiente de tal presencia; es normal que en algunos momentos nos
sintamos solos, pues hay que aprender a ver a Jesús a través de los ojos del espíritu.
Hoy te invito a que confíes mas en Jesús,
El está siempre dispuesto a realizar un milagro en tu vida. Confía en El;
siempre debemos estar a la espera de un milagro, porque eso es fe, creer que sucederá.
Bendecido día. Bendiciones.