Todo
ciudadano de un país tiene como deber respetar, cumplir, defender y hacer
cumplir las normas de su demarcación (entre algunas otras excepciones, como por
ejemplo el servicio militar para algunos países, significa esto que esté usted
o no de acuerdo debe cumplir porque esto es un deber.
Cuando estamos en la Escuela, en la
universidad, en el trabajo, o en cualquier otro lugar donde confluyan diversas
personas de diferentes creencias, credos, costumbres, etc., estamos a merced de
las normas de ese lugar. Es por esto que a veces no entiendo cómo el ser humano
cuestiona, pone en duda y desobedece las normas que Dios ha dejado para
bienestar nuestro.
Creemos que no hay nada más allá de
nuestra limitada mirada, creemos que no existe nada más que lo que podemos ver,
mas sin embargo ese manual de vida (la Biblia) nunca se ha equivocado en nada,
y a pesar de sus muchos años de existencia continua tan vigente como las mismas
noticias de último minuto.
Allí podemos encontrar consejos sobre
temas de salud, finanzas, temas laborales, de derecho, para los ingenieros,
para arquitectos, para ebanistas, electricistas, abogados, contadores, biólogos
marinos, astronautas, en fin, para todos los seres humanos que entiendan que no
hemos venido de la evolución absurda de una raza que no ha podido seguir
evolucionando, sino por el contrario, somos una raza que cada día se enfrasca más
en la involución, por el grado de degradación que asumimos con nuestros malos
actos, palabras y sentimientos.
En el evangelio de Juan 8:32 dice: "y conoceréis la verdad, y la verdad os hará
libres. " y no hay más verdad que la que, por
testimonio, está escrito allí; ayer estuve viendo una película que me hizo
reflexionar en la creencia cristiana, se trataba de un joven que a muy temprana
edad le descubrieron cáncer, él había conocido al amor de su vida antes de
enterarse de esta noticia, y aquella chica le acompaño durante todo el proceso.
Aquel proceso fue largo, estuvo en la clínica por más de 100 días
en cuatro ocasiones diferentes a causa de los tratamientos, y de que el cáncer,
a pesar de haber realizado todo lo que los médicos le decían, volvía a su
cuerpo una y otra vez.
Ellos (en el transcurrir de todo este proceso) se casaron,
pues era un amor tan real que decidieron asumir su realidad, pero continuar
confiando en Dios. Al final, el chico murió, el cáncer le había ganado la
batalla. Pero mientras todo esto ocurría en su vida, no dejo, ni por un
instante de creerle a Dios. No dejaba de predicar el amor de Cristo a través de
sus palabras, sus acciones y sus sentimientos.
Transformo la vida de todos los que les rodeaban, incluso de
un compañero de hospital que era ateo; cambio la vida de su propio hermano que
enfrentó el atentar contra su propia vida; enfrento duras batallas contra el
desaliento y la desesperación (como humano al fin) por no poder hacer nada para
evitar la muerte de personas que conoció en el hospital, que morían a pesar de
su corta edad.
Fue una lucha constante, ardua, agotadora, pero al final gano
Dios, pues les mostro a todos los que les rodeaba, una vida mejor en Cristo, la
esperanza de una vida nueva, y su amor. Incluso su esposa en el funeral, al
despedirlo lo hizo con una sonrisa, porque sabía que Dios colocaría en un mejor
lugar a su gran guerrero, hombre de fe inquebrantable, y de acciones constantes
para el avance de la obra de Cristo.
Estoy segura que al igual que esa palabra que pronuncio
D´Aubigné, esto también es asunto de fe; que bonito sería dejarnos dirigir por
Dios por medio de sus sabios consejos; no malgastar nuestro tiempo intentando
ser parientes de los monos o de confirmar la teoría del Big bam; utilicemos esa
energía para sanarnos y consagrarnos a la gran obra de salvación a la que
fuimos llamados por el mismo Jesucristo, redactados en los libros de Mateo y
Marcos y a lo largo de todos y cada uno de los versículos de la biblia, id y predicad el evangelio y hace discípulos
a todas las naciones.
Vayamos con la frente en alto, pues nuestro Cristo venció la
muerte en la cruz del calvario para salvación de la raza humana, y prometió
volver a buscarnos; mientras esto acontece, seamos fieles a nuestras
convicciones, estudiemos la biblia, busquemos a Dios mediante la oración y
mantengamos una comunicación estrecha con nuestro amado Señor Jesús.
Amemos intensamente, perdonemos rápido y de corazón, ayudemos
todo lo que podamos, seamos honestos, ayudemos a construir un ambiente de paz y
un mundo mejor, mientras nuestra redención llega. No nos desanimemos por las
palabras de aquellos que no tienen esperanza.
Cristo es nuestra esperanza. Que Dios te bendiga y te guarde,
y recuerda que hay Oloracielo.