jueves, 20 de julio de 2023

Lo más difícil del cristiano.

 




 

Conozco tantas personas que se han ido de la iglesia, que han dejado de asistir a reuniones de estudios bíblicos o de oraciones, que han dejado de hablar con personas, simple y llanamente porque en algún momento de nuestras interacciones han sentido (o hemos sentido) que nos hablaron fuera de tono, o tal vez por influencia de alguien más que hablo mal de nosotros, y que aunque no nos conocen o no conocemos a la otra persona, empezamos a juzgar, o en ese momento nos sentimos ofendido con algo que hayan dicho o hecho.

Pero para todo esto ya Dios tenía un plan, ya EL sabía que tendríamos que lidiar con todo esto desde una perspectiva u otra (ya seas tú el ofendido o sea yo), no importa, porque a través de las palabras registradas en la Santa Biblia podemos encontrar todo (absolutamente todo) lo que necesitamos para resolver nuestros problemas (y esto es un verdadero problema, pues nos puede hacer perder la dirección de Dios).

El apóstol Pablo sabia sobre este tema, y dedico parte de su vida a predicar sobre el tema; en cada uno de sus escritos exhortaba a los hermanos a comprenderse, amarse, respetarse y a saber que todos somos diferentes con cualidades excepcionales, pero diferentes cada uno. En el libro de Romanos 12:4 resalta el hecho de que somos diferentes, pero útiles (todos sin excepción) para la misión que Dios nos ha dado.

Los seres humanos nos complementamos los unos a los otros, pero debemos dejar el orgullo, la vanidad, el deseo de vanagloria, la envidia, el rencor o cualquier otro obstáculo que nos impida ver el rostro de nuestro Dios en el día de la resurrección.

En Romanos 13:8 dice “No debéis nada a nadie, sino el amaros unos a otros; porque el que ama al prójimo, ha cumplido la ley”, Pablo lo sabía porque no era tarea fácil, de hecho es lo más difícil que podemos hacer día a día.

Existen tantas personas diferentes a nosotros, con ideas erróneas, con percepciones, cultura, hábitos, enseñanzas, ideas e incluso con dolores y formas de resolver situaciones tan distintas a nosotros, que en lugar de intentar comprender y amar, es más fácil juzgar y alejarse.

La invitación de hoy es para que busquemos, en oración, el rostro de nuestro Dios, que identifiquemos a esa o esas personas que hemos alejado (ya sea por cuenta propia o porque se haya alejado sin razón evidente de nosotros) e intentemos sanar, primero nuestras heridas, reflexionando en lo que nos han hecho o en lo que (inconscientemente) hemos hecho, y luego en intentar perdonar y amar.

Jesucristo es el mayor ejemplo de perdón y amor que podamos conocer a través de la historia, si hay algo que aprender es esto, que nos amemos los unos a los otros; el trabajo de juzgar es de Dios, no nuestro, nuestra misión es llevar el evangelio de amor a los que amamos y aun a los que todavía no.

Dios te bendiga y te guarde, resplandezca el sol de justicia en ti y en tu derredor. Amando a nuestro prójimo estaremos agradando a nuestro Dios, pues El decidió amarnos aun con todos nuestros pecados y defectos. Recuerda que hay Oloracielo.


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea tu si, si y sea tu no, no.