lunes, 30 de junio de 2025

El servicio a los demás es un acto de amor.

 



La tercera carta del apóstol Juan refiere el deseo de que los que conocen la verdad sean prosperados en la misma medida en que prosperan en su vida espiritual, y nos invita a reflexionar en cómo debería ser el comportamiento de los que profesan la fe en Jesucristo. Aunque muchas veces solo conocemos este verso (3Juan 2), pero esta carta tiene mucho más que ensenarnos.

El apóstol cita dos aspectos importantes de la vida de un cristiano, el primero se encuentra en este verso: "Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos" (3Juan 5), que refiere el servicio a los demás en especial a aquellos que no conocemos, a aquellos que no queremos impresionar; recordemos que el ministerio de Jesucristo se fundamentó en el servicio a los demás, no solo a los apóstoles que caminaban con él, sino a todo aquel que por una causa u otra se acerba a Él, sin importar su propósito.

El segundo aspecto lo vemos en el verso 11: "Amado, no imites lo malo, sino lo bueno...", el apóstol había referido en el verso anterior (10) el hecho de que Diótrefes era una persona que le gustaba ser el centro de atención y que “parloteaba con palabras malignas” sobre los hermanos y que no recibió a los que querían cooperar con la obra de evangelización. Dice más: "El que hace lo bueno es de Dios; pero el que hace lo malo, no ha visto a Dios"; Que triste será aquel día cuando nos encontremos frente a frente con nuestro Dios y seamos juzgados con su justicia (que es perfecta) y miremos alrededor todos los hechos por los cuales estaremos siendo juzgados, y digamos para nuestros adentros, "pude haberlo hecho mejor".

Amados, hoy la invitación es para que examinemos nuestras acciones, sin apasionamiento alguno (de ningún tipo) y podamos identificar, cuáles son esas cosas que estamos haciendo, y que no le agradan a Dios, que no darán buen testimonio de nosotros, que no son las cosas que representan a Cristo en nuestras vidas; Sin escuchar las voces externas, que son expertas en señalar, juzgar y resolver vidas ajenas, con un dedo acusador que lastima, hiere y separa...

Hoy te invito a reflexionar en esta tercera carta del apóstol Juan para que encontremos esos pequeños pasos que debemos dar, para que de nosotros se de buen testimonio, como dice la carta, que “TODOS” daban buen testimonio de Demetrio. 

Hoy planifiquemos organizar nuestras vidas, invitar a Jesucristo a que viva en nosotros, a que perdone nuestros pecados, carencias y que nos ayude a identificar esas áreas de nuestras vidas que deben ser renovadas con el poder del Espíritu Santo. Y que la paz de Dios este en nosotros y se refleje en nuestro trato a los demás, en nuestra forma de pensar, hablar y tomar decisiones. 

Dios te bendiga y te acompañe en este viaje de transformación espiritual. Recuerda que servir a los demás es un acto de amor, y que todavía hay Oloracielo.

Oración del día: Bendito Dios, glorificado sea tu nombre porque santo eres. Hoy Señor te entrego mi vida de una manera plena, todo aquello que me aleja de ti, que da mal testimonio de lo que quiero ser en ti, ayúdame a identificarlo y cambiar todo lo que no me deja crecer como seguidora (o) de Cristo; entre tus discípulos habían toda clase de personalidades, actitudes, pensamientos y comportamiento, pero cada uno de ellos fueron fortalecidos con el poder tu Espíritu Santo y transformados por ese poder transformador que solo tu posees, y es por eso que, hasta hoy permanece tu palabra entre nosotros. cámbiame, hazme digna (o) de ser llamada (o) tu hija (o). En el nombre y por la sangre de Jesucristo oro. Amen.


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