Cuando se burlan de ti…
Cuando se ríen de ti…
Cuando hablan de ti…
Cuando te culpan a ti…
Cuando levantan falso testimonio sobre ti… ¿crees
que perdiste?. No lo creo.
Cuantas veces nos hemos sentido mal porque sentimos
que nos están haciendo bulling? (si también los adultos sufrimos bulling)...muchas
veces me imagino… pero la verdad es que deberías aprovechar esos momentos para analizar
tu situación. Si, a veces hay que detenerse y mirar para sus adentros. Piensa, ¿Qué
pierdo analizándome?… nada. ¿Qué pierdo haciendo mero caso a lo que los demás dicen
sin analizarlo?... mucho, puedes incluso perder tu vida y hasta tu salvación.
El enemigo de las almas trabaja todos los días en
busca de reclutar en su ejército a aquellos que por una causa u otra se deja
manipular por las situaciones, pensamientos, palabras o acciones de los demás.
No permitas que tu salvación se esfume en un momento por tomar una mala decisión.
Hay tiempo para pensar, así como para actuar. Elige pensar y luego actuar.
Piensa en lo que perderías física, emocional o
espiritualmente; luego piensa en lo que ganarías si haces las cosas
correctamente, pero no sólo en el plano material, podemos conseguir beneficios
tanto material como inmaterial.
Decide perder un minuto de tu vida que la vida en
un minuto. Tal vez no sea tan grave el caso, pero si acumulas la costumbre de
tomar atajos para conseguir las cosas, o para simplemente desahogarte en el
momento, o tomar decisiones sin razonarlas, entonces te volverás un ser
irracional, con capacidades tan limitadas como la de los animales.
Siempre tendrás el tiempo para tomar una buena decisión,
depende de ti que la tomes. Recuerda que en Romanos 14:12 dice: “De manera que
cada uno de nosotros rendirá cuentas de sí mismo a Dios”. ¿Qué dirás en tu
defensa?...
Los seres humanos no poseen un buen historial
en cuanto a tomar decisiones. Uno de los primeros ejemplos de los que tenemos
constancia escrita a través de la biblia, acarreó consecuencias desastrosas;
Eva optó por comer el fruto sobre el que recaía una prohibición expresa de
parte de Dios. Su elección, motivada por un deseo egoísta, llevó a su esposo
a unirse a ella en aquel acto de desobediencia a Dios, lo cual resultó en gran
sufrimiento no sólo para ella y su marido, sino para toda la familia humana.
En muchos casos, la gente todavía decide basándose más en apetitos
egoístas que en principios justos.
Es obvio que muchas decisiones son de carácter
bastante trivial. Otras, como qué profesión escoger o si vamos a contraer
matrimonio, pueden determinar nuestro futuro, y algunas repercuten en otras
personas.
Algunas decisiones son fáciles de tomar. Los apóstoles
sabían que era preciso seguir predicando acerca de Jesús, y cuando se les
ordenó que dejaran de dar testimonio, inmediatamente informaron al Sanedrín de
su determinación de obedecer a Dios más bien que a los hombres (Hechos
5:28, 29). Otras decisiones tal vez exijan más reflexión, aunque en las
Escrituras no se haga ninguna declaración directa concerniente al tema, no
quiere decir que no sabemos qué hacer, ya que, incluso en esos casos, los
principios bíblicos suelen indicar cuál es la respuesta más conveniente.
Las decisiones tomadas con buena conciencia y
basadas en los principios bíblicos tendrán siempre un buen resultado a largo
plazo; sin embargo, a corto plazo, quizá impliquen algún sacrificio personal,
pero no por esto debemos de dejar de buscar la dirección divina de nuestro
Dios.
Hoy te invito a reflexionar en este tema, y a que
te tomes tu tiempo para responder a cada cosa que te sucede. Dios está de
nuestro lado, ¿y tú estás del lado de Él?
Que las abundantes bendiciones de Dios puedan inundar
tu vida hoy. Bendiciones.