miércoles, 7 de agosto de 2019

¿Debo ayunar? ¿Cómo lo hago?




Cuando recién conocí el evangelio a través de una amiga de infancia que a la vez era mi amiga en el colegio (y que todavía sigue siendo mi amiga, mi hermana de otros padres), tenía una interrogante: ¿Cómo realizo un ayuno que sea agradable a Dios?, pues quería agradarle de todo corazón.
Y esa era una interrogante que me acompaño por mucho tiempo. Hasta que me encontré con el capítulo 58 de Isaías y medite seriamente en él. Esta meditación me llevo a entender que el verdadero ayuno que requiere Dios, no solo de mí, sino de cada ser humano que se hace llamar hijo Dios, es ciertamente lo que dice allí, veamos:
Que me buscan cada día, y quieren saber mis caminos, como gente que hubiese hecho justicia, y que no hubiese dejado la ley de su Dios; me piden justos juicios, y quieren acercarse a Dios.
Aquí me veo reflejada en este reclamo de Dios; intento buscarlo cada día, y quiero saber cuáles son sus caminos para seguirlo, y cuando estoy en dificultad, pido justo juicio, que al final sé que me favorecerá.
¿Por qué, dicen, ayunamos, y no hiciste caso; humillamos nuestras almas, y no te diste por entendido? He aquí que en el día de vuestro ayuno buscáis vuestro propio gusto, y oprimís a todos vuestros trabajadores.
Y me justificaba diciendo: clamé a ti y no me escuchaste, no vi respuesta de parte tuya mi Dios.
He aquí que para contiendas y debates ayunáis y para herir con el puño inicuamente; no ayunéis como hoy, para que vuestra voz sea oída en lo alto.
Entonces lloré y me pregunté: ¿Solo hago ayuno cuando necesito el favor de Dios?, y El me cuestionó diciendo:
¿Es tal el ayuno que yo escogí, que de día aflija el hombre su alma, que incline su cabeza como junco, y haga cama de cilicio y de ceniza? ¿Llamaréis esto ayuno, y día agradable a Jehová?
Debo detenerme y meditar, ¿Qué es el ayuno? ¿Cuál es el ayuno que agrada a Dios?, y Dios me preguntó:
¿No es más bien el ayuno que yo escogí, desatar las ligaduras de impiedad, soltar las cargas de opresión, y dejar ir libres a los quebrantados, y que rompáis todo yugo?
¿No es que partas tu pan con el hambriento, y a los pobres errantes albergues en casa; que cuando veas al desnudo, lo cubras, y no te escondas de tu hermano?
¿Estoy haciendo esto que me pide Dios, he soltado mis cargas de opresión? ¿Me estoy escondiendo de aquel hermano que está en necesidad y que por su condición, creo que ya lo he ayudado lo suficiente, y ahora lo que siento es que me molesta?
Hasta aquí había sentido angustia mi corazón, y así estuvo de angustiado por muchos años. Pero entonces viene palabra de aliento y esperanza a mi vida en los versus siguientes:
Entonces nacerá tu luz como el alba, y tu salvación se dejará ver pronto; e irá tu justicia delante de ti, y la gloria de Jehová será tu retaguardia.
Entonces invocarás, y te oirá Jehová; clamarás, y dirá él: Heme aquí. Si quitares de en medio de ti el yugo, el dedo amenazador, y el hablar vanidad;
10 y si dieres tu pan al hambriento, y saciares al alma afligida, en las tinieblas nacerá tu luz, y tu oscuridad será como el mediodía.
11 Jehová te pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan.
12 Y los tuyos edificarán las ruinas antiguas; los cimientos de generación y generación levantarás, y serás llamado reparador de portillos, restaurador de calzadas para habitar.
¡Gloria a Dios, he encontrado la respuesta que tanto buscaba!, ahora sé lo que debo hacer, lo que significa el ayuno, y cómo debo hacerlo. Dios tenía esa respuesta desde siempre en su palabra, pero yo no había meditado en ella lo suficiente como para entender que de lo que se trata es de amar con todo tu corazón a Dios y amar al prójimo.

¡Aleluya!, ¡Gloria a Dios!, este es el secreto del verdadero ayuno.

Oloracielo.blogspot.com te desea el mejor de los días, y anhelo de todo corazón que puedas entender, asimilar y practicar lo que nos enseña la biblia hoy. 
Bendiciones de lo alto.


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