Es
una frase que encontré leyendo por ahí, también encontré esta frase: “nuestra
tolerancia acaba donde termina nuestra educación, nuestro conocimiento, nuestra
zona de confort, y ahí empieza el miedo”. Ciertamente la tolerancia es algo de
lo que ya no se habla, porque ya no se vive en nuestra sociedad, y que triste
es ver, escuchar y hasta a veces presenciar eccemas de intolerancia, por cosas
que, después del desenlace (que generalmente es muy trágico) las pensamos y
analizamos y nos damos cuenta que no tienen ningún sentido, pero que
lamentablemente ya no tiene remedio.
Y todavía
más triste es ver cómo crecen nuestros niños para imitar a esos adultos que se
creen superhéroes o supe villanos de películas o protagonistas de esas tan
vistas novelas narco.
En
el libro de Proverbios nos dice: “Instruye al niño en su camino, Y aun cuando fuere viejo no se apartará de él.” La palabra de Dios no se
equivoca. Instruir es proporcionar conocimientos, habilidades, ideas o
experiencias a una persona para darle una determinada formación, ¿Qué está
pasando con la formación que les estamos dando a nuestros hijos? Porque nuestra
sociedad es cada vez más violenta, menos tolerantes, menos compasivos, más
abusivos…
¿Es
acaso eso lo que nos enseñaron nuestros padres?, y por casualidad, si eso vi
cuando niño ¿ha dado resultado en mi propia vida tal comportamiento?, ¿nos
hemos detenido a reflexionar sobre nuestro comportamiento?, ¿puedo ser un
ejemplo de valor para los demás?, ¿Cómo quiero vivir? ¿Qué quiero aportar a mi país?....
Hay
tantas preguntas en mi mente en este momento, que solo quiero apuntar a poder
adquirir la tolerancia y sabiduría suficiente y necesaria para poder sobrevivir
y agradar a Dios con mis actos. ¿Quieres tú lo mismo? ¿Te importa tu entorno,
tu familia, tus hijos, tu país? ¿Qué estarías dispuesto a sacrificar?...
Dios
solo te pide una cosa: “Dame hijo mío tu corazón, y miren tus ojos por mi
camino” Prov: 23:26, esto es o debería ser el todo del hombre, entregar todo a
Dios y dejarnos dirigir por él. Por esto debemos cultivar los hábitos de leer
la biblia, orar, y replicar lo aprendido en nuestros hijos, con esto estaremos
cumpliendo con el mandato divino.
Nuestra
sociedad ya no soporta más suicidios de
niños, muertes de mujeres a manos de sus parejas o ex parejas, niños abusados,
abandonados, ya no necesitamos más muertes por parte de una persona que por el
hecho de alguien rosar su vehículo (rayarlo, chocarlo, etc.) sea capaz de
matarlo. No queremos más robo, corrupción, abuso de poder, ni nada más que continúe
matando el habitad que Dios mismo con su palabra creo para cada uno de nosotros.
Necesitamos
más amor, más tolerancia, más perdón, mas valores a inculcar, más respeto. Si
queremos realmente, de corazón, hacer de nuestro país un lugar habitable,
debemos de hacer habitable nuestras propias casas, debemos instruir a nuestros propios
niños, debemos de ser ejemplo a seguir, recordando siempre que la palabra
convence pero que el ejemplo arrastra.
Apliquemos
los principios divinos, amar a Dios sobre todas las cosas y a tu prójimo como a
ti mismo.
Dios
te bendiga y que la paz del Espíritu Santo nos alcance. Bendecido día.
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