El tema de hoy que nos
compete, según el orden dado en días anteriores, es el de la luz solar como
remedio natural. Y te preguntaras ¿Qué aporta la luz solar a mi salud?, otros dirán:
“ya se para que sirve, pues me han dicho que aporte vitamina D”; ¿Qué hay de
cierto en esto y que otros aportes realiza la luz solar a nuestra salud?
Bueno ¿Qué decir del sol?, aparte
de lo de la vitamina, este nos ayuda a regular las funciones corporales y
nuestros patrones de sueño. Nos levanta el ánimo, incrementa nuestro bienestar
y mejora nuestra salud en general. Además, la luz solar estimula el
metabolismo, y tiene un efecto positivo en nuestra circulación y nuestro
sistema inmunitario. La luz del sol es mucho más que puro placer: es una parte
básica de una vida sana.
¿Qué mejora en su vida con
la exposición moderada a la
luz solar?
v Huesos: La vitamina D es
fundamental para la mineralización de los huesos y de los dientes. Los potentes
rayos del sol se encargan de activarla.
v Piel: La radiación solar
ayuda a prevenir y a manejar el acné, y, en casos severos como la psoriasis,
los rayos solares son determinantes para ayudar a remitir la enfermedad.
v Defensas: El
sol puede aumentar el número de glóbulos blancos en sus dos líneas, neutrófilos
y linfocitos; estos conforman el primer escuadrón de defensa del organismo.
v Grasas: Los niveles de
colesterol se reducen en las personas durante los veranos; la luz solar es
fundamental para metabolizarlo. Además, la gente hace más ejercicio cuando el
día es luminoso.
v Presión arterial: Cuando
se dilatan las arterias de la piel se reduce la cantidad de sangre concentrada
en los órganos. Esto baja la presión arterial, lo que es ideal para los
hipertensos.
v Corazón: El
corazón se contrae por acción del calcio; cuando es insuficiente, las hormonas
paratiroideas lo toman de los huesos para dárselo. Pero cuando una persona se
asolea se disminuyen los niveles de estas hormonas.
v Vida sexual: A
quienes dicen que su libido se eleva en verano les cabe algo de razón. Los
rayos del sol también incrementan ligeramente los niveles de testosterona, que
en hombres y mujeres es la hormona del deseo.
v Somnolencia: Los
rayos ultravioleta regulan la producción de melatonina, hormona que ayuda a
definir los ciclos de sueño. La luz solar reduce sus niveles, lo que ayuda a
sentirse más despierto.
v Estado de ánimo: La
radiación del sol promueve la síntesis de la serotonina, una sustancia
relacionada con el bienestar y que también ayuda a regular el sueño y hasta la
conducta sexual.
v Tumores: El
sol promueve una protección natural frente a ciertos cánceres; al parecer, su
acción es directa sobre algunas células, y, por efecto de la vitamina D,
quienes toman el sol en forma regular tienen una menor incidencia de cáncer de
mama y de colon.
Ahora bien, no podemos
abusar del consumo en nuestra piel de la luz solar, ya que podría provocar una
alta probabilidad de padecer cáncer en la piel, así que a aquellas personas
amantes del bronceado, les sugiero que consuman productos que le ayuden a protegerse
contra los daños que puede causar la demasiada exposición al sol y hacerlo en
las horas recomendadas por los expertos, sabiendo que las horas más fuertes y
de mayor concentración de los rayos solares son de 10 de la mañana a 4 de la
tarde.
La Biblia nos recuerda la majestuosa
misericordia de nuestro Dios al describirnos sus acciones para regalarnos este
remedio natural. Le comparto la historia que la encontramos en Génesis 1:
En
el principio creó Dios los cielos y la tierra.
Y la
tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del
abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.
Y
dijo Dios: Sea la luz; y fue la luz.
Y
vio Dios que la luz era buena; y separó Dios la luz de las tinieblas.
Y
llamó Dios a la luz Día, y a las tinieblas llamó Noche. Y fue la tarde y la
mañana un día.
Recuerda esto siempre, Dios
es bueno todo el tiempo. Bendecido día te desea oloracielo.blogspot.com
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