En el libro de Romanos 10:13 dice: “porque
todo aquel que invocare el nombre del Señor, será salvo”, Es una invitación
a que conozcamos a Dios y a que aprendamos a invitarle a estar en nuestras
vidas, a dirigirnos y acompañarnos en todas nuestras cosas; no es un permiso
para que hagamos todo lo que nosotros queramos (malo y bueno) y luego
pretendamos que con solo decir Dios perdóname, todo estará solucionado.
El reconocer que hemos fallados, es el
resultado de saber ¿cuál es el fallo?, si no sabemos o conocemos lo
malo, creeremos que estamos haciendo siempre las cosas bien, es por esto que lo
primero que debemos hacer (y siempre recomiendo) es leer, estudiar, analizar,
comprender y aceptar las enseñanzas que están en la biblia. Allí encontraremos
todo lo que necesitamos para dar pasos firmes hacia una relación con un Dios de
amor, perdonador y misericordioso.
Mas adelante sigue diciendo el libro de
Romanos: ¿Cómo pues invocaran a aquel en el cual no han creído? es una pregunta
muy fuerte, porque en verdad a quien llamaran a su auxilio, si no le conocen. Continúa
diciendo ¿Y cómo creerán en aquel de quien no ha oído?, esta pregunta es para
que meditemos, hemos escuchado hablar de Dios, de Jesucristo y del Espíritu Santo,
por eso le conocemos, porque al haber escuchado hemos también investigado y
conocido a Dios; pero sigue preguntando ¿Y cómo oirán sin haber quien les
predique? Y aquí termina el verso 14 de Romanos 10, impactante pregunta.
Para que Dios padre se dé a conocer, necesita de ti y de mi para que prediquemos a toda nación, tribu, lengua y pueblo, pero para esto primero debemos nosotros mismo conocerlo y tener una relación estrecha con El. Por eso la invitación de hoy es para que sigamos escudriñando las escrituras (la biblia) y aprendamos hoy un poco más del poder, del amor y de la misericordia de nuestro Dios. Tú y yo somos los responsables de dar el mensaje de salvación.
Dios te bendiga y te guarde y haga
resplandecer su rostro sobre ti, recuerda que hay Oloracielo.
Oración del día: Bendito Dios ayúdame a conocerte más y
a fortalecer mi relación personal contigo, con el propósito de que también otras
almas puedan conocerte a través de mi testimonio. Cumple tu promesa en mi vida,
perdona mis pecados y acompáñame en mi caminar. En el nombre de Jesús, Amen.
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