¿Has visto alguna vez el proceso de crecimiento de una matita de tomate silvestre?; En este año he tenido la
oportunidad de sembrar unas plantitas de tomate en el jardín de la casa, he
visto día tras día su progreso, también he observado como la yerba silvestre
crece alrededor de los tomates, y como (si me descuido un día) esa yerba se
roba todos los nutrientes que deben adquirir mis plantitas de tomate para que
puedan dar buenos frutos.
He tenido que estar pendiente de arrancar
toda esa mala yerba del derredor de mis plantitas de tomate, y también debo
regarlas diariamente con mucho cuidado y precaución, para que puedan seguir
desarrollándose. También he tenido que colocar unos cartelitos para que las
demás personas sepan que allí están sembradas unas plantitas de tomates, así
tendrán cuidado de no hacerles daño.
Este mismo proceso puede ser un referente para
comparar nuestra vida espiritual; debemos estar muy pendientes de todas esas
malas yerbas que crecen a nuestro derredor, estas pueden ser malos hábitos, malas
costumbres, malas compañías, malos consejos, programas y música que no edifican
nuestra vida espiritual, y todas aquellas cosas que de una forma u otra nos
alejan del amor de nuestro Dios.
Debemos colocar cercos alrededor nuestro,
pero cercos fuertes y seguros, con la finalidad de poder protegernos de las
asechanzas del enemigo de las almas; también debemos de tener alguna señal que
nos identifique y nos distinga de las demás personas, esto con el propósito de
que cuando nos vean, entiendan que el que vive en nosotros es un ser Santo y Poderoso.
Estas acciones nos ayudaran a mantenernos firmes en nuestra fe y constantes en
nuestro caminar por este mundo. Es bueno entender que también (para ayudarnos
con esta tarea) podemos congregarnos y socializar con personas que tengan
nuestro mismo sentir, una misma fe, que busquen de todo corazón a Dios, tal y
como nosotros le buscamos.
Podemos tener experiencias inolvidables y extraordinarias,
si solo nos dejamos guiar por el Espíritu Santo; Este está encargado de
revelarnos la presencia de nuestro Dios en cada respirar de nuestra vida. Nos
llenara, transformara y nos guiara a toda verdad, para que podamos cada día ser
más fuertes en Dios nuestro redentor.
La invitación de hoy es para que depositemos
nuestra confianza en Dios, y le pidamos de todo corazón que nos ayude a escoger
con sabiduría a nuestros amigos, que podamos colocar cercos alrededor nuestro
para que nada que pueda dañarnos entre en nuestras vidas y que nos
identifiquemos cada día como hijos de Dios, mediante nuestras palabras y
acciones. Que Dios pueda bendecir tu entrada y tu salida, que te fortalezca y
que te colme de sabiduría para poder elegir lo bueno.
Dios te bendiga y te guarde, recuerda que hay
Oloracielo.
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