Escuchar definitivamente es un arte que no todos
sabemos practicar, a este arte también se le conoce como la escucha activa, es esa
habilidad de comunicación esencial (y especial) que implica no solo oír las
palabras de las otras personas, sino también el tratar de comprender,
interpretar y responder de manera efectiva al mensaje que se está transmitiendo.
Esta habilidad es tan importante que se convierte en
algo fundamental para diversas áreas de nuestras vidas, incluidas las
relaciones personales, el entorno laboral y la educación. Escuchar activamente mejorar
indudablemente, la calidad de las interacciones y fomenta el entendimiento
mutuo, así como la resolución de conflictos.
Algunos
de los componentes de la escucha activa son el centrarse en el mensaje (atención
al mensaje), la empatía, la retroalimentación, la observación, la paciencia,
entre otros; fíjate que en ningún momento se menciona el juicio, es por esto
que cuando realizamos el arte de la escucha activa, seremos (o debemos ser) capaces
de escuchar sin emitir juicio alguno, lo más importante es centrarse en el mensaje,
comprenderlo y empatizar de alguna manera; esto ayudara a que la relación entre
los interlocutores sea más efectiva y eficaz.
Un
consejo sabio que encontramos en las sagradas Escrituras sobre este aspecto se
encuentra en el libro de Santiago 1:19 “Por esto, mis amados hermanos, todo
hombre sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para airarse”.
El arte de escuchar es tan importante y trae tantas
bendiciones a nuestras vidas que también se escribió lo siguiente acerca de
este tema: “Aquel cuyo oído escucha las reprensiones de la vida morará entre
los sabios”, El que tiene en poco la disciplina se desprecia a sí mismo,
pero el que escucha las reprensiones adquiere entendimiento”, Proverbios
15:31-32. Sin duda cuando cultivamos y desarrollamos esta habilidad, nos
hacemos más sabios.
Se que
muchas veces no tenemos tiempo, deseo, disposición o algún otro recurso que
entendemos necesitar para poder escuchar, pero Dios a través de su palabra dota
al ser humano de la sabiduría que necesitamos para aprender a escuchar
activamente y para poder enseñar en justicia, amor y esperanza.
Hoy te
invito a que practiquemos este arte tan especial y escaso en nuestra sociedad;
pues vivimos en la época de la inmediatez y esto provoca que no tengamos tiempo
para escuchar; inconscientemente esto nos lleva a cometer muchos errores,
muchos de ellos irreparables. No caigas en la trampa del enemigo, acércate a la
fuente de vida y esperanza que es Cristo Jesús, el cual da a todos
abundantemente, según su infinita misericordia.
Que Dios
pueda bendecirte y que guarde cada una de tus palabras para que así puedas ser
de bendición a los demás. Antes de hablar realiza el ejercicio de la escucha
interna, reflexiona en lo que vas a decir y luego bendice con tus palabras.
Recuerda
que hay Oloracielo, bendiciones.
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