miércoles, 8 de mayo de 2024

Los amigos.

 



En todo tiempo ama el amigo, y es como un hermano en tiempo de angustia. Proverbios 17:17

La amistad es un regalo de Dios y un tesoro poco valorado; todos en algún momento de nuestras vidas tenemos amigos, algunos pasan desapercibidos, otros duran para siempre. Este proverbio nos recuerda cuanto amor debemos tener y mostrar a nuestros amigos.

Yo en particular, me gusta conservar mis amistades, pues ¿Qué seria del hombre sin una compañía? En el inicio de la historia, la biblia nos cuenta que cuando Dios hizo los animales, y al ser humano a su imagen y semejanza, los creo varón y hembra, bendijo luego lo que había hecho con estas palabras: “Y Dios los bendijo con estas palabras: «¡Sean fructíferos y multiplíquense; llenen la tierra y sométanla; dominen a los peces del mar y a las aves del cielo, ¡y a todos los animales que se arrastran por el suelo!” (Genesis 1:28).

Y yo pregunto: ¿podría el ser humano reproducirse o fructificar la tierra si no se comunicara? ¿acaso fuimos creados para vivir solos, aislados? ¿Dios quería una dinastía de siervos inútiles o maquinas que le adoraran? No, claro que no, y tampoco nos creó para que nos destruyamos.

Cuando veo dos personas alejarse por algún malentendido, me da mucha tristeza, pues todo es cuestión de comunicación. Cuando era niña vivía frente a nuestra casa una niña que era tres años más pequeña que yo, pero que al pasar los años y mediante la convivencia diaria se convirtió en mi mejor amiga. A pesar de que no compartíamos en la misma escuela, ni el mismo grado académico, me sentía muy feliz de ser su amiga. Sabía que cuando llegara a mi casa, podríamos vernos, jugar, hablar, etc.

Cuando por algún malentendido nos alejábamos, de verdad me dolía, era como si arrancaran algo de mí. Pero yo no me permitía que un malentendido dañara lo que yo consideraba que era más importante. Buscaba siempre la forma de acercarme, educar mi ego y aprender a pedir disculpas. Hoy en día seguimos siendo amigas, y han pasado más de 30 años. Quiero mucho a mi amiga Karla.

Otro ejemplo de amistad duradera es la de mi amiga Yajaira; nos conocimos en el colegio, éramos muy jóvenes, pero eso no impidió que cosecháramos una amistad sólida, que a través de los años y de la distancia, hemos podido conservar el cariño, el respeto y la admiración que sentimos la una por la otra. Tenemos más de 30 años de amistad. Quiero mucho a mi amiga Yajaira también. Y mi lista de amigos es larga, muy larga.

El mayor ejemplo de amistad fue la vida de Jesucristo, el mejor ejemplo a seguir; entonces, la invitación de hoy es que hagas una lista donde coloques todos los nombres de tus amigos, revises si hay alguno con el que no hayas hablado recientemente y planifiques esa llamada para recordar los buenos tiempos (¿y por qué no? Los malos momentos también), y si hay que pedir perdón, te aseguro que hoy es el mejor día.

Te invito a que conozcas y estudies la vida de Jesucristo, te aseguro que aprenderás mucho y vivirás más tiempo y más feliz. Mi lista de amigos recoge nombre de todos los lugares donde he estado, ya sea porque me tocara vivir, estudiar, trabajar, etc.; y queda mucho espacio para seguir anotando nombres en ella.

Recuerda que el amigo ama en todo tiempo; bendiciones, hay Oloracielo.


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