Juan 14:6
"Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí".
Una de las ideas
centrales de las cartas del apóstol Pablo era el tema de la verdad. Hacía alusión
siempre a la verdad de Dios que está en Cristo Jesús; defendía muy seriamente
su convicción y lo que había aprendido luego de conocer a de Jesucristo.
Me gusta mucho leer
los libros escritos por el Apóstol Pablo, en ellos sin duda llegas a conocer la
transformación del ser humano, como podemos pasar de no creer, o de ser
inactivos en la fe, a llegar a ser un ferviente predicador de las maravillosas
promesas de Dios, de la vida de Jesucristo y de la fe y la esperanza de una
vida nueva y transformada, así como amar al prójimo y a nosotros mismos.
Cada uno de sus
libros busca fomentar el amor y el perdón, y sobre todo la buena voluntad de
alcanzar a aquellos que han llegado al conocimiento de la verdad; pero esta
verdad debe permanecer en nosotros y debe ser cultivada con el estudio diario de
la biblia y la oración.
Nada de lo que
lograron los eruditos de la biblia (en los tiempos bíblicos) puede ser logrado
por nosotros sino tenemos y cultivamos una relación estrecha con Dios
utilizando las herramientas que él nos dejó (Efesios 6:16-20).
Imagínate
emprendiendo un nuevo negocio, o comenzando un nuevo empleo, o tal vez
empezando a estudiar otra vez, o quizás estas por comenzar una nueva relación
de pareja; lo primero que llega a ti es la incertidumbre de no conocer por
completo a lo que te vas a enfrentar, el no saber como manejarlo, el no poder
dar las respuestas que se esperan, el no poder entender el sistema o a la
persona con quien quieres y esperas estar. Estas mismas preocupaciones surgen (pero
a otro nivel) cuando empiezas una relación con Dios; no lo conoces, no sabes
que quiere El de ti, no sabes si es verdad todo lo que te han enseñado de Él,
incluso puedes llegar a cuestionar su existencia.
Estas razones, los
cristianos de la antigüedad, las conocían muy bien, y era esto mismo lo que les
impulsaba a escudriñar cada día con más fervor las escrituras. No necesitaron
ir a las clases de los Rabinos, ni tomar extensas cátedras con los más sabios
de la época; solo necesitaron conocer a Jesucristo, y esto lo lograban mediante
una relación estrecha a través de la oración, el estudio de la biblia y la testificación.
La invitación de
hoy es para que atesoremos la oportunidad que tenemos de orar, estudiar la
biblia y testificar a otras personas, de las grandes maravillas que Dios ha
realizado en nuestras vidas. No desmayes nunca de hacer el bien, y no hay mejor
manera de hacer el bien que mostrándole a las personas lo que Cristo hizo en
nosotros. Esto, amados hermanos, es testificar.
Dios te bendiga y
te guarde, que tengas un excelente día, y recuerda que hay Oloracielo.
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