En el Salmos 46 encontramos ánimo y fortaleza para los tiempos de dificultad. Es un Salmos muy bonito que me gusta leer con regularidad, no porque regularmente esté en problemas o dificultades, sino porque me recuerda cuán grande es el amor de Dios por mí.
En los versos del 9 al 11 nos dice que Dios hace cesar las guerras hasta los confines de la tierra, que destruye toda arma forjada por el enemigo, preparado en contra de sus hijos, nos invita a conocer a Dios, a reconocer su grandeza y su poder; nos invita a que estemos quietos, a dejar de luchar con nuestras propias fuerzas las batallas de este mundo. Debemos recordar que no tenemos lucha contra carne ni sangre, sino contra principados, potestades y gobernadores de las tinieblas, contra huestes espirituales de maldad (Efesios 6:12)
Este Salmos termina diciendo que Jehová está siempre con nosotros (y está escrito en tiempo presente, lo que indica que El está con nosotros todo el tiempo), y nos asegura que es nuestro refugio.
La invitación de hoy es a que, si te sientes triste, angustiado, desesperado, o simplemente no sientes nada, puedas leer una vez mas este Salmos 46, te aseguro que cuando termines de leerlo te sentirás lleno de esperanza y nuevas fuerzas para continuar confiando y esperando en la protección de nuestro Dios. El peleará nuestras batallas, sólo debemos entregarlas en oración. Ve a los pies de nuestro Dios en oración y ruego, habla con El como un hijo habla con su padre, permite que Dios pueda abrazarte y confortarte.
Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, no desmayes ni desistas de tus objetivos y propósitos, pero permítele a Dios actuar a tu favor. El espera a que nosotros confiemos en El y le dejemos actuar; El sabe lo que es mejor para nosotros.
Dios te bendiga y te guarde, y haga resplandecer su rostro sobre ti. Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo y que hay Oloracielo.
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