viernes, 16 de junio de 2023

Encuentra la salida.

 





Generalmente el ser humano cundo entra en esa edad adulta luego de los “ta” siempre suele sentirse cansado, estresado, malhumorado (en ocasiones), y perdemos de vista todas las grandes cosas que Dios nos a dado. En esta etapa, solo queremos estar tranquilos, lejos del bullicio, del estrés, del trabajo en exceso y de todo aquello que nos genera ansiedad.

Según un estudio realizado por el INEGI que es un Organismo Público Autónomo de México, que se encarga de realizar estudios estadísticos sobre recursos de la población y economía, emitió unas informaciones correspondientes a los porcentajes y rangos de los divorcios de ese país, en el cual identifico que (para el 2020) el porcentaje de edad para divorciarse se encontraba en los rangos de edades entre los 39 y los 41 años entre hombres y mujeres, y que el mayor porcentaje de divorcio se realizaba en una relación comprendida entre 6 y 20 años de matrimonio.

Estos datos nos dan solo una reseña de lo que acontece en nuestro alrededor con relación al cansancio que podemos estar sintiendo entre este rango de edades que nos lleva a soltar, dejar, abandonar, no solamente nuestros matrimonios, sino también nuestros trabajos, amistades, proyectos, carreras, etc.

Y estas cifras evidentemente se elevaron luego de la pandemia, ya que de un 35.7% de divorcios para el periodo del 2020, aumento a un 63.3% luego de la pandemia (https://eldinero.com.do/196377/en-republica-dominicana-hay-un-divorcio-por-cada-dos-matrimonios/). Evidentemente no supimos gestionar la convivencia durante el periodo de la pandemia; y todas aquellas saturaciones y mal manejo del tiempo, y también todas las adicciones a las cuales estuvimos expuestos mientras estuvimos en casa, nos está afectando grandemente.

Posiblemente no sepamos ni siquiera, gestionar nuestras emociones frente a todas las carencias y crisis que vivimos actualmente post pandemia. Nadie nos mostro como manejar el tiempo ni el espacio durante la pandemia, y ahora no pueden controlar los estragos de las emociones mal manejadas, que no nos permite encontrar la salida a nuestras propias crisis.

Las ansiedades, iras, carencias, escasez, debilidades son parte de nuestro día a día; y es normal que nos sintamos frustrados, cansados y alterados; aunque esto no debe ser una excusa para avasallar ni humillar a nadie, ni mucho menos agredir a nuestro prójimo.  

Volvamos a nuestro primer amor, aquel amor que nos inundo cuando conocimos a Cristo, cuando analizamos y experimentamos el poder de su amor y su perdón. Volvamos a los brazos amorosos de nuestro padre Dios, reconociendo su poder y autoridad, y abiertos a recibir su auxilio; no será hasta entonces cuando encontraremos la salida a todo lo que nos afecta en este mundo tan desordenado, denigrado y despiadado en el cual vivimos.

Hoy la invitación es para que reconozcamos la necesidad de Dios en nuestras vidas, y busquemos su perdón y amor incondicional; el siempre esta dispuesto a rescatarnos, no importa nuestra condición. Dios es fiel y bueno todo el tiempo, recuerda lo que dice en el libro d 1Samuel 2:2 “No hay santo como Jehová; porque no hay ninguno fuera de ti, y no hay refugio como el Dios nuestro”; ese mismo Dios de ayer que cuido a su pueblo mientras atravesaba el desierto, es el mismo Dios que hoy quiere salvarte.

En Dios encontrarás la salida. Dios te bendiga, recuerda que hay olor a cielo.

 


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