Como
dice en el evangelio de Juan, éste daba testimonio de la luz, que fue desde el
principio, y por medio de este testimonio, muchos vinieron a los pies de Cristo
Jesús. De esa misma manera, los testimonios buenos o malos pueden edificar o
destruir las vidas de las personas que nos rodean.
Aunque
no podamos ver inmediatamente los resultados de estas cosas, ciertamente Dios,
a su tiempo nos las mostrará. Así como Juan fue llamado para que diese testimonio
de la luz (la cual es el Cristo), de esa misma forma todos nosotros hemos sido
llamados para testificar de esa luz.
Hoy
durante mis secciones de reforma espiritual, estaba conversando con unos
amigos, reflexionando sobre una frase muy poderosa e importante (para mi) que
dice: “¿Te has preguntado si las personas que están a tu alrededor, después de
conocerte, son mejores seres humanos? ¿Le has sumado o restado?” (Dios Astacio,
Éxito Integral); esta frase impacto mi vida grandemente, ya que muchas veces
vamos por la vida tan enfocados en nosotros mismos (ensimismados) que nos
olvidamos de levantar la mirada para ver cómo estamos impactando en la vida de
los demás (puede ser positiva o negativamente).
Este
mundo egocentrista, lleno de placeres mundanales efímeros, perecederos y
traicioneros, nos tienen tan sumergidos en sus vanidades, que descuidamos, día
tras día, nuestra vida espiritual, la cual debería de estar en primer lugar;
somos seres espirituales, por lo que esto debería ser prioridad.
Tristemente,
se nos escapan de las manos los mejores momentos, las mejores experiencias, incluso
nos cegamos ante tan volátil suspiro, que es la vida misma; muchas veces cuando
queremos reaccionar es muy tarde; otras veces nos preguntamos ¿Por qué la
sociedad esta tan descompuesta? Pero no nos preguntamos ¿Qué estoy haciendo hoy
para impactar positivamente en la sociedad, en mi entorno, en mi comunidad, en mi
casa…?
Hemos
sido llamados a la testificación, pero ¿sabemos que implica esto?; testificar
implica una vida de conocimiento, de experiencias, de interacciones, de
convivencias, de estudio… y todo esto relacionado a la luz del mundo (Jesucristo).
No permitas que se apague tu luz, haz tu trabajo; busca, estudia, experimenta,
predica, comparte, testifica del amor de Dios para con los hombres.
Como
dice en el libro de 1Pedro 5:8 “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario
el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar.”
Digamos sí a Cristo y no al pecado; antes debemos aprender o conocer que son
ambas cosas.
La invitación
de hoy es para que entregues tu vida, deseos, expectativas y conocimiento a
Dios; desaprendamos para poder conocer realmente a Dios, el creados de los
cielos, tierra y de todo cuanto existe. Recuerda que Dios es bueno todo el
tiempo. Dios te bendiga, y recuerda que hay oloracielo.
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