Cuando nosotros decidimos luchar con nuestras propias fuerzas las
batallas que nos presenta esta vida diariamente, a Dios no le queda otro
remedio que esperar a que se te acaben esas fuerzas y vengas a Él. Dios está
siempre ahí, pero se queda donde tú quieras que Él se quede; Él te puede ver
desde la banca, o puede ir al terreno del juego contigo.
¿Qué
quieres hacer hoy?, ¿quieres invitarlo a salir a enfrentar juntos, en contra de
todo el sistema de maldad? o ¿quieres continuar desgastándote, perdiéndote en lo
claro y nadando en lo seco?; En el libro de Isaías dice: "Porque
yo, Jehová, soy tu Dios, quien te sostiene de la mano derecha y te dice:
No temas, yo te ayudaré. No temas, gusano de Jacob, oh
vosotros hombres de Israel; yo te socorreré, dice Jehová,
tu Redentor, el Santo de Israel". (Isaías).
Transfiere el protagonismo de tu vida a aquel
que te creo, que te sostiene, y te promete que nunca te dejara. “Esforzaos
y cobrad ánimo; no temáis, ni tengáis miedo de ellos: que Jehová tu Dios es el
que va contigo: no te dejará ni te desamparará. (Deut. 31:6).
Dios te bendiga hoy y siempre, y recuerda que tú
y Dios son mayoría. Tus amigos de oloracielo.blogspot.com
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