miércoles, 12 de octubre de 2022

Demasiados expectativas.



 ¿Te has sentido alguna vez decepcionado o decepcionada por algo que esperabas obtener y no pudiste?

¿Has pensado alguna vez, que esperaste demasiado de alguien o de algo?

En estos tiempos tan difíciles y complicados, es normal el sentirse de esa forma; no todos logran enrolarse en el ritmo de este mundo. Para la juventud es fácil ir a la velocidad de la comunicación y los cambios tecnológicos actuales, pero para las demás generaciones, no creo que se nos haga tan fácil.

Uno definitivamente va a su ritmo en todo. Pero con la tecnología, esta generación va muy de prisa; no hay una cosa que salga nueva que los jóvenes ya no conozcan, ellos están al tanto de todos los cambios y las actualizaciones que va en forma vertiginosa cambiando los tiempos, la cultura, e incluso las estructuras  formativas, tanto familiares, educativas y laborales; no abordaremos el tema ético por razones entendibles. Ya cada quien concibe el concepto de la ética desde su mejor perspectiva.

Con estos cambios estructurales en los ámbitos académicos, laborales, etc., nos vemos en la necesidad de modificar ciertos contenidos en nuestros programas de actividades diarias. Esto incluye inclusive, nuestra forma de alimentarnos, vestirnos, los entornos que frecuentamos, etc.

Si hacemos un análisis retrospectivo de las cosas que hacíamos a principio de este año, nos daremos cuenta que en menos de un año hemos cambiado lo suficiente como para sentirnos obsoletos en algunas cosas. Estos son los cambio que nos hacen sentir decepcionados.

Tener muchas expectativas ya no resulta ser tan saludable, pues provoca en nosotros la generación de cortisol, es una hormona que tiene un efecto en prácticamente todos los órganos y tejidos del cuerpo; aunque existen otras hormonas como la prolactina, catecolaminas y otras, el generar cortisol es lo más común cuando nos exponemos a situaciones como las que les describí en los párrafos anteriores.

En situaciones similares, es normal sentirnos agotados también; gracias a Dios que tenemos la fuente ideal para descansar y recargar nuestras fuerzas. Jesucristo dijo “Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí. (Juan 14:6); es por esto que hoy te invito a que deposites toda tu confianza en El, permítele acompañarte y llevar tus cargas; regálale tu agenda a Dios y veras como ese sentimiento de cansancio y desilusión por la muchas expectativas no alcanzadas, se disiparan y podrás disfrutar de todos los días que Dios te regala en completa calma y sintiendo esa felicidad que hace tiempo que no disfrutas, por todas las cosas que te rodean.

Dios te bendiga y te guarde, son los deseos de tus amigos de oloracielo.blogspot.com; si te gustó recuerda suscribirte al canal y compartir las meditaciones. Bendiciones.

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