Cuando se acercan los días
de la celebración de las fiestas navideñas, solemos ponernos un poco
sentimental, y en ocasiones nos sentimos en la obligación de poner las cosas en
orden tanto en la casa, trabajo, familia, así como a nivel personal.
Estos arreglos que hacemos
(y que se deberían realizar más a menudo), son fruto de un acercamiento con la
vida, pues vemos un año que termina, donde quizás no pudimos alcanzar nuestras
metas, y así nos ha ocurrido en años anteriores.
Mi bisabuela decía "los
años pasan, pisan y pesan" y es la pura verdad; cada día que pasa se lleva
consigo una oportunidad de hacer, decir, buscar o sentir; es por esto que
muchos apresuran el paso para fin de año, buscando quizás que no se les pase
ese año sin por lo menos intentarlo.
En este año 2021, no sé cuántos
planes pudiste llevar a cabo, ni cuantas de las metas propuestas has alcanzado
ya, pero lo que sí es bueno es verificarlas todas, ver el nivel de alcance que
tienen y reprogramarnos.
No dudes nunca que Dios estará
ahí en cada paso, desde que te levantas hasta que te acuestas, incluyendo en
tus sueños. Dios ha creado un plan perfecto para el ser humano; y nos asegura
en su palabra que cada cosa que queramos debajo del sol tiene su hora (Eclesiastés
3:1); así que no desperdiciemos el tiempo en cosas sin importancia ni sin
sentido. Vayamos directo tras nuestras metas, y procuremos tener siempre la compañía
de nuestro padre celestial.
Así pues, aprovechemos esta
época tan hermosa de navidad, para poder acomodar las cosas en nuestra vida,
casa, familia, trabajo y entorno. Seamos un poco más felices no sólo ahora,
sino cada día de nuestras vidas, recordemos que Dios sigue al control de todo;
solo debes darle la oportunidad de que te acompañe durante el camino.
La mejor época del año
siempre será en la que puedas encontrar paz, amor, perdón y esperanza; prolonga
esta época, y procura disfrutarla.
Que Dios te bendiga y te
guarde, hoy y siempre.
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