La mayoría
de las veces cuando pensamos en crear un canal, un blog o un espacio en las
redes, lo hacemos pensando que muchas personas podrán ver el contenido que
creamos y que de una u otra manera tendremos muchos amigos.
Esa desesperación por obtener la atención de
las demás personas, lleva a muchas otras a realizar hazañas peligrosas,
arriesgadas, al punto de que pierden sus vidas.
La hazaña más asombrosa de la cual he tenido
noticias, durante toda mi vida, y la que todavía me sigue impactando como el
primer día que me la contaron, es la muerte de Jesucristo en la cruz del
calvario por culpa de todos nosotros, y no de Él.
Ese gesto de amor, de humildad, de entrega,
de aceptación, de humillación, es algo impresionante; cuando somos capaces de
estudiar profundamente y meditar en ese hecho, de verdad que no puedes terminas
de hacerlo sin sentir cosas nuevas en tu vida.
Una vez alguien me preguntaba ¿Qué tantas
cosas me habían pasado en la vida, que yo tenía la capacidad de realizar estas
meditaciones?... y sinceramente les confieso que el primer pensamiento que vino
a mi mente es: esa persona no quería conocer a Jesús, solo quería saber ¿Qué
cosas me habían pasado en mi vida?
En el libro de Lucas 7:47 dice: "Por lo cual te digo que sus muchos pecados le son
perdonados, porque amó mucho; pero aquel a quien se le perdona
poco, poco ama"; el centro del mensaje es el amor a Dios, no los muchos
pecados.
Es por esto que me enfoco en
expresar el amor que Dios tiene por sus criaturas, por sus hijos, no importando
los pecados que hayan cometido, ni si son muchos o pocos, lo importante es el
amor a Dios padre. Por tanto, todo arrepentimiento es un regreso a Dios.
Hoy hay oportunidad de que
nos arrepintamos de nuestros pecados, pero para esto debemos reconocer que
hemos pecado; si por el contrario crees que no tienes nada que Dios pueda
perdonar, pues lamentablemente no podrás experimentar
esa sensación de amor y perdón conjugadas en el acto del
arrepentimiento.
Los seres humanos tendemos a
olvidar fácilmente, al igual que el pueblo de Israel que después de haber
entrado en la tierra prometida, olvido lo que Dios le había pedido, y por este
olvido, cayó en pecado.
Hoy te invito a experimentar
el amor de Dios, a amar genuinamente; dale tu corazón a Cristo; solo Él lo
merece; no permitas que el tiempo te juegue una mala hazaña, que te haga
olvidar que Dios fue, es y será por los siglos. Dios es nuestro Dios, y te esta
esperando.
No seas popular, sé hij@ de Dios.
Bendiciones.
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