martes, 23 de noviembre de 2021

Elige hoy la felicidad genuina...

 



El acto de elegir, es algo que diariamente realizamos, hasta inconscientemente; al momento de despertarnos, después de una noche de sueño reparador, tenemos que decidir si nos levantamos o nos quedamos en la cama; debemos decidir qué desayunar; decidir que comeremos; que haremos en la mañana; qué haremos en la tarde; con cuales personas vamos a interactuar o no; y así se va pasando cada día de nuestras vidas, entre decisiones. Recuerda que el hecho de no hacer nada también es una decisión.  

Así también deberíamos entender que debemos, o que nos toca, decidir en nuestras vidas cristianas; Dios cada día hace un llamado y nos regala una promesa; pero está en nosotros decidir que vamos a hacer.

Cabe destacar que cada promesa de Dios lleva con sigo una petición para nosotros; si aceptamos hacer lo que Dios requiere de nosotros, entonces están dispuestas para disfrutar todas y cada una de las promesas de Dios.

Veamos un ejemplo de esto en el libro de Deuteronomio 30: 1-10, ¿Qué promesas tiene Dios para nosotros?, y ¿Qué pide Dios de nosotros para poder obtenerlas?

Dice, "Cuando te vengan todas estas cosas, la bendición y la maldición que he puesto ante ti, y medites en tu corazón en medio de las naciones donde el Señor tu Dios te haya echado. Y te conviertas al Señor tu Diosy obedezcas a su voz, conforme a todo lo que te he mandado hoy, tú y tus hijos, con todo tu corazón y con toda tu alma...el Señor tu Dios te volverá a la tierra... y la prosperará... te hará bien... te multiplicará... circuncidará tu corazón... Y tú obedecerás de nuevo la voz del Señor, y pondrás por obra todos sus mandamientos... el Señor tu Dios prosperará toda obra de tus manos... cuando obedezcas la voz del Señor tu Dios, para guardar sus mandamientos y sus normas escritos en este libro de la Ley; cuando te conviertas al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma".

Es impresionante leer estos versículos y encontrar que Dios solo pide dos cosas al ser humano, y en cambio tiene innumerables promesas que ofrecernos y hacer cumplir en nuestras vidas. Dios pide que nos convirtamos a Él (escuchando su voz) y que obedezcamos sus mandamientos, en cambio nos ofrece cuidados, nos ofrece prosperarnos, multiplicarnos, librarnos de nuestros enemigos, pelear nuestras batallas, cuidar nuestras descendencias...

Son innumerables sus promesas, y solo una su petición, pero nos toca a nosotros decidir, elegir ¿Qué vamos a hacer?; ¿escucharemos su voz?, ¿nos convertiremos a Él?

No sé si te lo tienes que pensar un poco más, Dios no lo pensó al enviar a su unigénito a morir por ti y por mi (Juan 3:16), fue un sacrificio de amor, la mayor decisión que cualquier padre pudiera tomar; es por esto que el amor de Dios, dice la biblia, que se asemeja (un poco) al amor de las madres por sus hijos.

Yo decido hoy convertirme a Dios, escuchar su voz y guardar sus mandamientos; ¿y tú, qué eliges?

Dios pueda bendecirte hoy y siempre. No postergues tu felicidad genuina, decídete por Cristo. Bendiciones.

 


No hay comentarios:

Publicar un comentario

Sea tu si, si y sea tu no, no.