jueves, 25 de noviembre de 2021

Dios no retarda su promesa...

 



Son tiempos muy difíciles, donde no sabemos que nos espera cada día; nos levantamos con las mejores de las intenciones de poder hacer una lista de cosas que tenemos pendiente, pero al ir pasando las horas nos damos cuenta que tendremos que pasar para el día siguiente gran parte de nuestros planes.

Aquí en este país no se puede salir a realizar más de dos diligencias en instituciones públicas o empresas privadas; entre las medidas de salud para evitar la propagación del COVID, y la burocracia y el exceso de trámites que hay que realizar, podríamos realizar con suerte dos; es una locura.

Yo por ejemplo, tengo una agenda diaria, y diariamente la tengo que modificar; en la biblia nos dice que cada día trae su propio afán, y nada más cierto que eso. 

También nos relata la biblia en Mateo 24 que:

"6 Y oiréis de guerras y rumores de guerras; mirad que no os turbéis, porque es necesario que todo esto acontezca; pero aún no es el fin.

7 Porque se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestes, y hambres, y terremotos en diferentes lugares.

8 Y todo esto será principio de dolores."

Y cada día al encender la televisión o la radio, o al hurgar en las redes sociales lo que encontramos son justo estas noticias; por ejemplo, en Lucas 12: 53 dice: "Se enfrentarán el padre contra su hijo y el hijo contra su padre, la madre contra su hija y la hija contra su madre, la suegra contra su nuera y la nuera contra su suegra»; no es eso acaso lo que vemos a diario?....

Aun así, la biblia nos ofrece una promesa, en el libro de 2Pedro 9 dice: "El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento."

Y te preguntaras ¿Cuál es esa promesa?, pues la promesa, según relata su palabra es: "...esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia". (2Pedro 3;13)

Habrá justicia hermanos queridos, la justicia que se ha perdido a través de los años y siglos; donde solo vemos la aplicación de la misma a conveniencia de los que se supone deben hacer valerla. Pero Dios te dice hoy que no temas, pronto vendrá, y en lo que aguardamos su regreso quiero que medites en esta pregunta:

"Ya que todo será destruido de esa manera, ¿no deberían vivir ustedes como Dios manda, siguiendo una conducta intachable y esperando ansiosamente la venida del día de Dios? Ese día los cielos serán destruidos por el fuego, y los elementos se derretirán con el calor de las llamas. Pero, según su promesa, esperamos un cielo nuevo y una tierra nueva, en los que habite la justicia. (2Pedro 3:11-13)".

Amados, tengamos presente que Dios no es hombre para mentir, ni hijo de hombre para que se arrepienta. Dios es el Alfa y el Omega, entiéndase “el principio y el fin”. Por esto hoy te invito a reflexionar en que Dios ciertamente no retarda su promesa; Dios está dispuesto a regalarnos esa promesa, y lo cumplirá, pero faltas tú, pero falto yo, por un arrepentimiento sincero, por una vida en santidad, por una comunión genuina con el Padre Celestial, por una Fe sincera, por un deseo fervoroso de sentir y vivir por el Espíritu Santo...

Dios te bendiga rica y abundantemente.


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Sea tu si, si y sea tu no, no.