domingo, 28 de noviembre de 2021

¿Es posible tener fe, en este tiempo?

 



Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve. (Hebreos 11:1)

Cuando hablamos de Fe, hablamos de creencia, de esperanza, de convencimiento. Aunque muchas veces necesitamos más que eso para continuar; y en otras ocasiones necesitamos menos de eso para sentirnos devastados.

En los tiempos del diluvio hubo mucha gente que escucho la promesa de Dios para los que obedecieran su palabra; escucharon también el pago o recompensa de sus hechos de maldad; no obstante, sólo las personas que creyeron en la promesa pudieron salvar sus vidas. 

Luego de esto, Dios nueva vez nos regalo una promesa y una señal, condicionada a la obediencia y la Fe. La promesa es no volver a destruir el mundo con agua, y la señal es el arcoíris; de esa misma manera se nos pide que obedezcamos la voz de Dios y que guardemos sus mandatos. Esto no es difícil, cuando entendemos que Dios es el mismo Dios de ayer, de hoy y que lo seguirá siendo por los siglos. 

Aunque, debo confesar, que en este tiempo es un poco difícil alimentar nuestra fe diariamente, si desviamos nuestra atención de la promesa y de la señal; Dios cada día nos regala una oportunidad para que fortalezcamos nuestra fe, pero nosotros solemos estar tan ocupados que las pasamos por alto.

Desde que nos levantamos tenemos un itinerario tan ajustado que muchas veces las cosas importantes se van postergando día tras día, hasta que llega un momento en que miras atrás y te preguntas ¿Qué hice con mi tiempo, en que aplique mi fe?

Para mí, particularmente creo que si es posible tener fe, pero debemos de hacer unos ajustes importantes en nuestras vidas, y como dicen algunos hermanos, debemos volver a las sendas antiguas; esas sendas antiguas hacen referencia a cuando tenías tiempo para orar antes de salir de tu casa; cuando iban todos juntos a la iglesia como familia; cuando en la casa se escuchaban y veían programas de edificación familiar; cuando te interesabas por tu prójimo y lo ayudabas; cuando dedicabas tus talentos y dones a la glorificación del nombre de Dios; cuando Dios era más importante que un youtuber, titoker, o cualquier personaje de este tiempo que distrae tu atención e incluso te roba tu autenticidad, pues ya no quieres ser tú, quieres ser como ellos aparentan ser.

Dios nos hizo únicos, y coloco en nosotros un corazón y la razón; con estos elementos el ser humano es capaz de cada día tomar decisiones para bien o para mal. No fue por casualidad que las instrucciones al pueblo de Dios desde la antigüedad era que grabaran los mandamientos de en sus mentes y en su corazón.

Así que, como es una decisión que se toma con la mente y el corazón, estoy convencida de que sí, es posible tener fe, aun en este tiempo tan difícil.

No postergues el llamado de Dios, escucha hoy su voz; recibe sus promesas. Dios es fiel. Bendiciones.

 


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