Aunque ande en valle de sombra de
muerte,
No temeré mal alguno, porque tú estarás conmigo;
Tu vara y tu cayado me infundirán aliento.
(Salmo 23:4)
Muchas veces nos
desesperamos e incluso nos frustramos, cuando las cosas no salen como las hemos
planeados, o cuando entendemos que Dios es el culpable de las cosas malas que
nos puedan sobrevenir.
Si leemos bien el
versículo con el que iniciamos la lectura de este día, nos daremos cuenta que
lo que Dios ha prometido no es evitarnos los valles de sombra de muerte, más
bien la promesa está en que estará con nosotros y será nuestro aliento.
Esto sin duda nos debe
llevar a reflexionar en que Dios estará ahí para nosotros siempre, y que en la
medida de nuestra fe, podremos verlo obrar en nuestras vidas.
Acaso no has leído en
Hebreo 11:6 que dice: "Pero sin fe es imposible agradar
a Dios; porque es necesario que el que se acerca a Dios crea que le hay, y que
es galardonador de los que le buscan."; Amados la invitación de hoy tiene
que ver con el llamamiento divino que hace nuestro Dios a diario para que tú y
yo vengamos a sus pies, renovemos nuestra fe y creamos firmemente que Dios está
con nosotros como poderoso gigante AUN EN LAS DIFICULTADES.
Recuerda que Dios es
bueno todo el tiempo. Bendiciones.
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