Esa
es una pregunta muy frecuente para
cuando queremos saber algo sobre alguien. Pero la pregunta que no se hace o al
parecer nos cuesta mucho decir, es ¿en qué
te puedo ayudar?. Empecé a ver una serie de televisión hace ya un tiempo, y
lo que realmente me conectó con ella fué esa pregunta que hacen los actores
cuando alguien le saluda.
A veces
no queremos contar qué nos pasó, sólo queremos escuchar esa pregunta “¿qué
puedo hacer por ti? O ¿en qué te puedo ayudar?” Haz intentado hacer esta
pregunta cuando vez a alguien triste, con problemas, solitario, abatido? ; O rápidamente
sólo haces esa pregunta tan molestosa para muchos?
Definitivamente
es más fácil querer saber qué paso, a estar dispuesto a ayudar a alguien en el
momento que lo necesite. Esto no es difícil, siempre habrá algo qué hacer para
ayudar a los demás; cuando humanamente no encuentres que hacer, recuerda que
ahí es que entra Dios, y a Él le encanta ayudar.
Seamos
transmisores de buenas nuevas, practiquemos esta pregunta más a menudo, no es difícil;
recuerda que cada quien tiene sus problemas y dificultades, y que tal vez a ti también
te gustaría en algún momento recibir una mano amiga que te quiera ayudar sin
cuestionar lo que te paso.
No
dudes en orar, así como lo hizo Salomón, hazlo tú también, es una oración de fe
y de poder. En 2Crónicas 10 dice:
“Por tanto, dame sabiduría y
conocimiento para dirigir a este pueblo; porque ¿quién va a gobernar a este
pueblo tuyo tan grande?”
El
sólo pidió sabiduría, y por haber hecho esto Dios le contestó lo siguiente en el
verso 12: “te concedo sabiduría y
conocimiento, pero además te daré riquezas, bienes y honores, como no tuvieron
los reyes que hubo antes de ti ni los tendrán los que habrá después de ti”.
Confía
en Dios y El hará. Dios te bendiga y te guarde. Que tengas un excelente día.
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