El ser humano desde que nace se llena de
excusas. Y es increíble como al pasar los años, lo hace tan suyo, que ya no
puede vivir sin dar excusas. Muchas veces necesarias, otras veces sin
necesidad.
Cada vez que damos una excusa, estamos diciéndonos
a nosotros mismos “no puedo”; y lo hacemos sin ni siquiera intentarlo. Eso me
trae a la memoria la historia de Jonás en la Biblia; Él no quería ir a Nínive,
y tenía la excusa perfecta para darla a quien le preguntara; pero Dios no le
pidió su opinión para saber cómo hacer que esas personas del pueblo de Nínive
se salvasen; simplemente Dios ordeno que se hiciera.
Y es ahí cuando comienza todo el drama
de no saber acatar las órdenes de Dios; más bien comenzamos a excusarnos y a
buscar pretextos para no hacer las cosas que debemos hacer. Y es en esas ocasiones
que justamente Dios nos muestra que su palabra se cumplirá quiera el hombre o
no.
¿Y tú, estas poniendo excusas a lo que
Dios quiere hacer en tu vida?; ¿no sabes lo que Dios quiere, o no es lo que tú
quieres?; ¿qué tanto estas dispuesto a perder, para darte cuenta que la
voluntad de Dios se hará en ti, quieras tu o no?; Es verdad que Dios nos creó
con libre albedrío, pero también es cierto que somos hechura suya, y que El protegerá
toda su creación.
No dudes que, aunque tú no quieras, la
voluntad de Dios se cumplirá, porque ciertamente el no admite excusas. Así que
deja de pelear con Dios, al final entenderás que lo que Él dispuso es lo mejor
para tu vida.
Bendecido día; y recuerda no des
excusas, trabaja, esfuérzate y disfruta del triunfo. Recuerda que "tú y Dios son mayoría".
No hay comentarios:
Publicar un comentario