La
insatisfacción muestra un nivel de desencanto personal producido por la
frustración de que no haya cumplido un deseo determinado.
La insatisfacción
puede llevarte a cometer muchos excesos y como dicen por ahí todo en exceso
hace daño. Cuando tenemos la oportunidad de hacer algo, y aparte de eso lo
queremos hacer, lo mejor es hacerlo; pues también dice por ahí “no dejes para
mañana lo que puedes hacer hoy.
Nunca
debemos dejar pasar las oportunidades, pues dicen por ahí que “las
oportunidades son calvas y hay que tomarlas por los pelos”; pero, como siempre
le digo a mis hijos “cuando hagas algo hazlo bien, o no lo hagas”; son maneras muy sencillas de
lograr hacer cosas maravillosas.
Por
eso hoy te invito a que no te quedes insatisfecho; que no llegue el día de
mañana y digas “¿porque no lo hice?” o “una vez tuve la oportunidad y no la
aproveche”, porque te aseguro que te va a doler. Ahora bien, como te digo una
cosa, te digo la otra, si vas a hacer planes, lo mejor que puedes hacer es
incluir a Dios en ellos, primero consultarle, escuchar su respuesta y luego
poner “manos a la obra”.
Cuando
Noe comenzó a construir el arca, lo tildaron de loco, se burlaban de él, no le
creyeron, pues en la tierra no se sabía lo que era la lluvia, y de repente
pasaron 40 días y 40 noches lloviendo, y perecieron muchos, unos por no creer y otros
por no confiar. Es posible que cuando llegue el momento de sentarte a repasar tu
vida, puedas sentirte satisfecho, realizado, completo, feliz, tranquilo o que
por el contrario, te sientas triste, incompleto, frustrado, insatisfecho… todo depende de lo que hagas hoy.
Toma
hoy la decisión de hacer lo que debas hacer, pero recuerda, haz que Dios sea tu
mayor inversionista. Él no te fallara; él te alentara, te sustentara; te dirá
como construir la herramienta que te mantendrá a flote en los momentos de
tormenta, y lo hará con todas las especificaciones de lugar.
Dios
pueda bendecirte hoy y siempre, y recuerda, la mayor insatisfacción es vivir y
no saber para qué estás viviendo. Busca tu esencia en Jesucristo, fuente de
amor, paz y vida eterna. Bendiciones.
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