sábado, 27 de junio de 2020

Las 4 “C”, para mí, para ti, para todos. (4ta parte). Continuidad.




Hoy hablaremos un poquito de la Continuidad. Generalmente la continuidad se entiende como hacer algo sin interrupción; o también se puede entender en el sentido de la unión entre las partes que forman un todo que se desarrolla en el tiempo.
No te canses de intentarlo y convertiras lo imposible en una realidad.  #citas #exito | Cansado de intentarlo
Y es justamente a esa continuidad que debemos aspirar todos; Debemos trabajar siempre como para Dios; en su palabra dice: "Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará, porque a Él es a quien el Padre, Dios, ha marcado con Su sello." (Juan 6:27); no trabajemos por lo que se ve, porque pronto puede mermar el deseo de continuar.

Trabajemos pues como para Dios, en todo lo que hagamos; sabiendo que al final de la carrera nos espera la corona de la vida eterna; Para nuestros jóvenes hay un mensaje hermoso en el libro Mensaje para los Jóvenes, de Elena G. de White que dice: “A fin de que la obra pueda avanzar en todos los ramos, Dios pide vigor, celo y valor juveniles. Él ha escogido a los jóvenes para que ayuden en el progreso de su causa. El hacer planes con mente clara y ejecutarlos con mano valerosa, requiere energía fresca y no estropeada. Los jóvenes están invitados a dar a Dios la fuerza de su juventud, para que por el ejercicio de sus poderes, por reflexión aguda y acción vigorosa, le tributen gloria, e impartan salvación a sus semejantes”. (Obreros Evangélicos, 69).

Escuchad la voz de Dios a través de los mensajes escritos por fe y con sabiduría; proclamemos el mensaje sin demora, y sin cansarnos; seamos parte de la obra maravillosa de la proclamación del evangelio. Tú y yo, hemos sido llamados a dar el mensaje de esperanza a todas aquellas personas que en esta hora necesitan ese mensaje.

Muchos están agobiados y cansados de tantas malas noticias, de tanta maldad, de tanta envidia, de tanta negligencia, y de tantas cosas que son, sin duda, producto de nuestro alejamiento, de una vida de devoción y comunión con nuestro Padre Celestial.

Abramos hoy nuestros sentidos, y nuestros corazones y permitamos que Dios cambie nuestro lamento en alabanza, en alegría y en esperanza; alaba el nombre de Dios, mantén una oración en tu corazón y permite que el Espíritu Santo dirija tu hablar y tu caminar.

Cualquier proyecto que podamos tener, o que deseemos hacer, necesita de continuidad para verlo llegar a feliz término; así que no te canses; da continuidad a ese gran proyecto que tienes llamado “vida”.

Abre las avenidas del alma y permite que Dios transite por ellas. Que Dios te bendiga y te guarde; y que aprendamos a dar continuidad a todos los proyectos y planes que Dios tiene para cada uno de nosotros; si todavía no sabes cuales son, pide dirección del Espíritu Santo y te será revelado. !No dudes, la victoria es nuestra!

Bendiciones.

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