Hoy
hablaremos un poquito de la Continuidad.
Generalmente la continuidad se entiende como hacer algo sin interrupción; o también
se puede entender en el sentido de la unión entre las partes que forman un todo
que se desarrolla en el tiempo.
Y
es justamente a esa continuidad que debemos aspirar todos; Debemos trabajar
siempre como para Dios; en su palabra dice: "Trabajen, no por el alimento que perece, sino por el alimento
que permanece para vida eterna, el cual el Hijo del Hombre les dará, porque a Él
es a quien el Padre, Dios, ha marcado con Su sello." (Juan 6:27); no
trabajemos por lo que se ve, porque pronto puede mermar el deseo de continuar.
Trabajemos
pues como para Dios, en todo lo que hagamos; sabiendo que al final de la
carrera nos espera la corona de la vida eterna; Para nuestros jóvenes hay un mensaje
hermoso en el libro Mensaje para los Jóvenes, de Elena G. de White que dice: “A
fin de que la obra pueda avanzar en todos los ramos, Dios pide vigor, celo y
valor juveniles. Él ha escogido a los jóvenes para que ayuden en el progreso de
su causa. El hacer planes con mente clara y ejecutarlos con mano valerosa,
requiere energía fresca y no estropeada. Los jóvenes están invitados a dar a Dios
la fuerza de su juventud, para que por el ejercicio de sus poderes, por
reflexión aguda y acción vigorosa, le tributen gloria, e impartan salvación a
sus semejantes”. (Obreros Evangélicos, 69).
Escuchad
la voz de Dios a través de los mensajes escritos por fe y con sabiduría;
proclamemos el mensaje sin demora, y sin cansarnos; seamos parte de la obra
maravillosa de la proclamación del evangelio. Tú y yo, hemos sido llamados a
dar el mensaje de esperanza a todas aquellas personas que en esta hora
necesitan ese mensaje.
Muchos
están agobiados y cansados de tantas malas noticias, de tanta maldad, de tanta
envidia, de tanta negligencia, y de tantas cosas que son, sin duda, producto de
nuestro alejamiento, de una vida de devoción y comunión con nuestro Padre
Celestial.
Abramos
hoy nuestros sentidos, y nuestros corazones y permitamos que Dios cambie
nuestro lamento en alabanza, en alegría y en esperanza; alaba el nombre de
Dios, mantén una oración en tu corazón y permite que el Espíritu Santo dirija
tu hablar y tu caminar.
Cualquier
proyecto que podamos tener, o que deseemos hacer, necesita de continuidad para verlo llegar a feliz
término; así que no te canses; da continuidad a ese gran proyecto que tienes
llamado “vida”.
Abre
las avenidas del alma y permite que Dios transite por ellas. Que Dios te
bendiga y te guarde; y que aprendamos a dar continuidad a todos los proyectos y
planes que Dios tiene para cada uno de nosotros; si todavía no sabes cuales
son, pide dirección del Espíritu Santo y te será revelado. !No dudes, la victoria es nuestra!
Bendiciones.
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