Estas 4 “C” las encontré en
un artículo de un periódico de circulación nacional; me gustó mucho su
contenido, y por esto quiero compartirlo con ustedes. Las 4 “C” se desglosan de
la siguiente manera: Coherencia, Consistencia, Continuidad y Constancia.
Hoy platicaremos de la primera (Coherencia).
La palabra Coherencia
significa: que es una relación lógica entre dos cosas o entre las partes o
elementos de algo de modo que no se
produce contradicción ni oposición entre ellas. Así que vamos a ver qué
podemos hacer para ser coherentes.
Cuando nos referimos a una
persona como que es coherente, es cuando simplemente sus actos van en
consonancia con sus palabras (o lo que predica); es como si estuviera
armoniosamente encajado cada acto con cada palabra y cada pensamiento.
Los jóvenes regularmente
(en la actualidad) sufren de mucho más estrés que en décadas anteriores; la saturación
de información tanto visual, escrita, como auditiva, ha provocado que nuestros jóvenes
estén en una situación cada vez más vulnerable a los riesgos de cometer actos
incorrectos (y podrían desembocar incluso en suicidio).
Son más propensos a caer en las
tentaciones por el miedo al qué dirán que a la real convicción de la necesidad
propia. Es cada vez más complejo conversar con ellos, y hacerlos, de una u otra
forma, razonar; hay cada vez más jóvenes que creen saber más que los adultos
mayores, porque creen que ellos no han tenido las informaciones necesarias o métodos
correctos para igualarse a ellos en conocimiento.
Pero la verdad es que esos adultos
mayores lo han tenido que hacer empíricamente y repetidas veces, y esto hace
que el aprendizaje haya alcanzado un grado de fijación mayor. Hemos sido
abatidos con informaciones incorrectas por años, pero en estos tiempos nuestros
jóvenes han consumido tanta basura visual, que cada día se les hace más difícil
ser coherentes en lo que hacen, dicen o piensan.
Continuará....
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