domingo, 10 de mayo de 2020

Los portales del alma.


Ilustración de Ojos Boca Nariz Y Oídos y más Vectores Libres de ...
¿Por qué nos dio ojos, oídos y boca?

“Dios dio a los hombres ojos para que contemplasen las maravillas de su ley. Les dio oídos, para que escuchasen la predicación de su mensaje. Dio a los hombres el talento del habla para que presentasen a Cristo como el Salvador que perdona los pecados. Con el corazón el hombre cree para obtener justicia, y con la boca, formula su confesión para ser salvado”. (El hogar cristiano, pág. 364).

Es así de simple como el ser humano ha sido dotado de cosas buenas e interesantes, las cuales nos facultan para que adoremos a nuestro Dios. Pero es así también de simple, como el hombre coloca esos sentidos, dones y talentos a la merced del enemigo de las almas, y en poco tiempo se ve destrozado, triste, y reprimido.

Es por esto que debemos cuidar esas avenidas del alma, si es que queremos verdaderamente estar conectados permanentemente con nuestro Señor y redentor Jesucristo, debemos de cuidar qué vemos, qué oímos y qué hablamos. Pues esta es la vía o el mecanismo de distracción que más le gusta utilizar al adversario, a los fines de que desviemos nuestra atención hacia las cosas sagradas y santas.

No permitamos que satanás tome el control de esas vías, que son especiales medios de comunicación, estemos atentos; abramos nuestros ojos y veamos las cosas buenas que el Señor nos ha regalado y demos gracia, cuidémosla, con amor y entusiasmo; estén abiertos nuestros oídos para escuchar el mensaje de salvación, meditemos en él y apliquémoslo en nuestras vidas; Y este lista nuestra boca para que (siempre) esté dispuesta a proclamar el mensaje de salvación, para que lleve aliento a los desalentados, esperanza y paz a aquellos que están perdidos en las confusiones de este mundo.

Seamos pues propagadores de las buenas nuevas, y que los portales del alma estén vigilados y bien cuidados; no los expongamos a música que no da esperanza, ni consuelo; no digamos palabras que no alienten, que no perdonen y que no edifiquen; y definitivamente abramos nuestra boca para alabar el nombre de Dios.

Que Dios te colme en este día de las más ricas bendiciones, y que llene tu espíritu de ese gozo que sólo Él nos da. Bendiciones.

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