En
todo tiempo nos vemos tentados a reaccionar o accionar por medio de nuestra
naturaleza pecaminosa; nuestro ser, muchas veces, reacciona de formas y manera
que no quisiéramos, y que lamentablemente nos sale tan natural.
Esta
es la naturaleza pecaminosa del hombre; y después que actuamos, muchos de
nosotros tenemos periodos de arrepentimiento que seriamos capaces de recordar
todos los días de nuestras vidas.
Pero
hay una solución, que no es tan fácil, porque tal como dicen las escrituras en
la Biblia: “Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra
principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de
este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes.
(Ef. 6:12)”; pero que ciertamente podemos hacerlo ya que existe una fórmula
secreta que nos puede ayudar.
Esa
formula la encontramos en Santiago 4:7 y dice: “Someteos, pues a Dios. Resistid al diablo, y él huirá de vosotros”;
es un verso corto, pero tiene tres partes interesantes que debemos entender.
Primero
la palabra someteos, que significa
sujetarnos, subordinarnos, etc., significa que debemos someternos a la
obediencia de nuestro Dios; en segundo lugar está la palabra resistid, que significa soportar la presión
o la fuerza de algo, en este caso del pecado; y la tercera es la palabra huirá, que significa alejarse,
marcharse de un lugar o de una cosa.
Si
analizamos bien esta cita, podemos entender qué nos quiere decir Dios a través de
este pasaje, es una solución infalible para nuestros problemas, pero debemos
entender todo lo que nos quiere decir en él.
Cuando
lo hagamos, solo debemos tener la certeza de que Dios está con nosotros (FE). Y
al final podremos decir como dijo Pablo:
“He
peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe. Por lo
demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez
justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que aman su
venida. (2Timoteo 4:7-8)”.
Bendecido
día, y que con el favor de Dios, hoy podamos resistid las asechanzas del
enemigo, y logremos salir victoriosos en el nombre de Jesucristo.
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