Cuando
te encuentras en un lugar donde hay mucho calor, y en ese momento estas en
pleno verano, quizás es la 1 de la tarde, y el calor te ahoga, en lo único que
puedes pensar es en saciar tu sed… los isleños sabemos perfectamente lo que es
esto, y más cuando haz ingerido poco líquido durante el día.
En ese
momento comienzas a sentir sed, empiezas a sudar, comienzas a preocuparte si no
ves las posibilidades inmediatas de poder saciar tu sed. Quieres ingerir algún líquido
que pueda saciar tu necesidad de agua en ese momento. Existen personas que son
capaces de tomar lo que sea para saciar su necesidad en ese momento. Existen
otras que serían capaces de lo que fuera por obtener agua, pues es eso lo que necesitan
y lo que quieren.
El
cuerpo en su composición natural está compuesto en un 80% de agua, y nos dicen
los expertos que cuando tenemos la sensación de sed es porque ya estamos deshidratados,
no podemos esperar a tener sed para beber agua, es la recomendación de los
expertos; debemos tomar agua regularmente para que el cuerpo humano funcione
naturalmente.
De esa
misma forma, nuestro espíritu está compuesto (o debería estar compuesto) por un
100% del Espíritu Santo (¿O
ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en
vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? 1Corintios 6:19).
El Espíritu Santo es capaz de restaurar la vida del ser humano en el momento en
que el hombre decide extender su voluntad, deseo, y capacidades a los fines de
que el mismo Dios nos dirija. Pablo decía “ Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no
vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la
fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. (Gálatas
2:20)” … Este debería ser nuestro anhelo, el deseo más ferviente de
nuestros corazones.
En el
libro del Profeta Isaías nos dice:
“Jehová te pastoreará siempre, y en las
sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de
riego y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan. (Isaías 58:11).
Dios te
sacia (pero el que beba del
agua que yo le daré, no tendrá sed jamás, sino que el agua que yo le daré se
convertirá en él en una fuente de agua que brota para vida eterna. Juan 4:14); da
vigor (Todo lo puedo en
Cristo que me fortalece. Filipenses 4:13); serás como un huerto de riego
(En lugares de delicados
pastos me hará descansar…Salmos 23:2); si te sientes perdido te mostrara
el camino (Jesús le dijo: Yo
soy el camino, y la verdad, y la vida... Juan 14:6).
A lo
largo de toda la Biblia encontramos infinidad de promesas para el ser humano
que quiera y que decida entregar sus deseos, voluntades y fe al Dios de lo
imposible. Hoy, una vez más te invito a que puedas tomar la decisión de
entregar tu corazón a Dios, como un bebe se entrega a la dependencia de sus
padres. Él nos ama con amor infinito (Jehová se manifestó a mí hace ya mucho tiempo, diciendo: Con amor
eterno te he amado; por tanto, te prolongué mi misericordia. Jeremías 31:3)… no
continúes padeciendo sed sabiendo que la fuente de agua viva también está
disponible para ti, ven a Jesucristo, Él nos quiere ayudar.
Que
tengas un excelente día y que la misericordia del Dios de amor te alcance.
Bendiciones
www.oloracielo.blogspot.com
orará por ti.
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