lunes, 13 de enero de 2020

¿Qué tiempo dedicamos a nuestras familias?




"Las personas que dedican poco tiempo a construir relaciones familiares saludables viven en su círculo de no control. En lugar de tomar cuidadosas decisiones acerca de cómo responden cuando conversan con otro miembro de la familia, culpan a este por empezar la pelea y se sienten justificadas para ofenderlo. Se trata de individuos que contestan de manera reactiva en vez de optar por ser proactivos. No aprovechan el espacio de tiempo entre lo que la otra persona ha dicho y su contestación, y no consideran las consecuencias y el impacto que tendrán su respuestas en su relación." (Esperanza para las familias de hoy, pag. 65).

El tiempo que debemos dedicar no es necesariamente 24 horas literales, ya que en estos tiempos existe la necesidad de salir a trabajar, a cumplir un horario que posiblemente sea mayor a cuatro horas. Y en la mayoría de los casos deben salir a trabajar mama y papa, porque los gastos  y los compromisos son muchos para una sola persona.

Podríamos pasar la mañana completa justificando la salida de papa y mama a trabajar para llevar el sustento a la casa. Podríamos pasar todo un día justificando a quien pertenece la responsabilidad de traer el sustento a casa. Podríamos pasar varios días intentando justificar porque existen hogares uniparentales…

Pero lo cierto es que queramos o no debemos salir y esto implica ausentarnos físicamente de nuestros hogares y de la presencia de nuestros hijos y familiares. Pero así como dice el primer párrafo, sería muy interesante aprender a construir relaciones familiares saludables, no solo para poder tener el control, sino para enseñarles a nuestros hijos como lo deben hacer cuando les toque la responsabilidad de formar una familia aparte.

Algo muy importante que toca ese texto es la manera en la que debemos contestara la otra persona, debemos ser proactivos no reactivos, debemos aprender a escuchar, debemos aprender a analizar, debemos aprender a ver las posibles consecuencias de nuestras acciones antes de actuar. Con todo esto creo que podemos comenzar a construir relaciones saludables en nuestro círculo familiar, laboral, de amigos, y en cualquier lugar donde nos encontremos.

Pongamos en práctica estos consejos y probemos las bondades de una buena práctica de comunicación saludable a nuestro alrededor. No permitamos que los malos pensamientos, los prejuicios, las malas interpretaciones o las malas expresiones se apoderen de nuestro círculo familiar, recordemos que somos obreros de Cristo Jesús, y que como tal debemos practicar las buenas normas que hemos aprendido a través del estudio de las sagradas escrituras.

No dejemos de luchar y esforzarnos por ser mejores cada día, esto incluye que seamos capaces de formar relaciones saludables y sobre todo duraderas. La enemistad o los malos entendidos no deben tomar parte en nuestras vidas. Seamos claros, y cuando no estemos seguro de haber escuchado algo, preguntemos, pero hagámoslo con humildad, como el que quiere aprender algo. Con esto llegaremos a ser buenos ejemplos para las personas que nos rodean y atesoraremos coronas en el cielo.

Que Dios todo poderoso te colme de bendiciones y te regale un día lleno de paz y esperanza. Visítanos también en las redes sociales como oloracielord, y comparte el mensaje de esperanza.

Bendiciones.



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