viernes, 7 de junio de 2019

La ansiedad, la peor compañía.



¿Qué es la ansiedad?

Científicamente la podemos definir como una respuesta de anticipación involuntaria del organismo frente a estímulos que pueden ser externos o internos, tales como pensamientos, ideas, imágenes, etc., que son percibidos por el individuo como amenazantes y/o peligrosos, y se hace acompañar de sentimientos síntomas desagradables y de tensión. Se trata de una señal de alerta que advierte sobre un peligro inminente y permite a la persona que adopte las medidas necesarias ( aunque no siempre son las mejores) para enfrentarse a una amenaza.

La presencia de este trastorno produce fobias, trastorno obsesivo-compulsivo, ataques de  pánico, la agorafobia (Temor obsesivo ante los espacios abiertos), el trastorno por estrés, entre muchos otros más. Dentro de las sintomatologías que se pueden presentar están: Taquicardia, palpitaciones, opresión en el pecho, falta de aire, temblores, sudoración, molestias digestivas, náuseas, vómitos, “nudo” en el estómago, alteraciones de la alimentación, tensión y rigidez muscular, cansancio, hormigueo, sensación de mareo e inestabilidad, entre otros. Y cada persona puede presentar uno o más síntomas, y esto es realmente preocupante.

En días pasados, estando en mi oficina, en la hora de almuerzo, alguien se me acerco para decirme que me había enviado un archivo por teléfono, cuando voy a verificar la información que me daba, la persona pudo ver que en la aplicación habían muchas notificaciones y mensajes pendientes por ver, y me dice con cara de asombro y angustia: “¿Por qué tienes tantas notificaciones, y mensajes pendientes? ¡Yo no puedo!, desde que me llega algo de una vez lo chequeo”. Intenté explicarle que eso no era mi prioridad, pero por su insistencia y tono de voz me di cuenta que sufría del trastorno de ansiedad y en un grado un tanto preocupante.

A todo esto, si tratas de explicarle este tema a alguien que este lidiando con esa condición, lo más probable es que termines enojado o con una mala opinión de la otra persona, o quizás, hasta con dudas porque te puedes llegar a preguntar si el que está ansioso eres tu…

Es un tema un poco delicado, pero por algo muy fundamental Dios colocó la sabiduría en los escritores de la biblia para dejarnos bien claro cuáles son las medidas a seguir y las pautas para lidiar con estas situaciones.

Basta leer en 1 Pedro 5:7 para darnos cuenta lo que tenemos que hacer “echando toda vuestra ansiedad sobre El, porque Él tiene cuidado de vosotros.” Así como también muchos otros más que nos llenan de esperanza, les compartiré algunos y espero en el Dios todopoderoso que les sean de bendición:

Salmos 37:5
Encomienda al SEÑOR tu camino, confía en El, que El actuará;
Salmos 37:24
Cuando caiga, no quedará derribado, porque el SEÑOR sostiene su mano.
Salmos 68:19
Bendito sea el Señor, que cada día lleva nuestra carga, el Dios que es nuestra salvación. Selah
Salmos 62:8
Confiad en El en todo tiempo, oh pueblo; derramad vuestro corazón delante de Él; Dios es nuestro refugio. Selah
Salmos 63:8
 A ti se aferra mi alma; tu diestra me sostiene.
Salmos 27:14
Espera al SEÑOR; esfuérzate y aliéntese tu corazón. Sí, espera al SEÑOR.
Filipenses 4:6,7
Por nada estéis afanosos; antes bien, en todo, mediante oración y súplica con acción de gracias, sean dadas a conocer vuestras peticiones delante de Dios.…
Lucas 12:22
Y dijo a sus discípulos: Por eso os digo: No os preocupéis por vuestra vida, qué comeréis; ni por vuestro cuerpo, qué vestiréis.

Así pudiera presentarles muchos versos más, pero les dejo estos para que mediten en ellos y espero en Dios que le sean de aliento y esperanza.

Bonito día, bendiciones.

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Sea tu si, si y sea tu no, no.