jueves, 23 de mayo de 2019

La compañía incondicional de Dios.




Cuando pienso en las veces que Dios me ha salvado de situaciones de peligro, solo viene a mi mente una frase, “gracias Dios”. Es lo que David también hacia cuando con su boca cantaba y con su cuerpo danzaba en señal de agradecimiento ante la infinita misericordia que Dios tuvo con él.

Si hoy te levantaste con dolor en el cuerpo, con dolor en la mente, en el alma y en el corazón, te quiero compartir un texto bíblico que espero que te de esperanza, dice así: 

Porque  David dice de el: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido. Por lo cual mi corazón se alegró y se gozó mi lengua, y aún mi carne descansara en esperanza;… (Hechos 2:25-26).

Que la misma certeza que tenía David de que Dios le acompañaba y que no sería conmovido y que su carne descansaría… que esa misma esperanza resurja en ti y que la puedas compartir con las personas que te rodean.

Que tengas un bonito día, lleno de la presencia de un Dios omnipresente, omnisapiente y verdadero como mi Dios.

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Sea tu si, si y sea tu no, no.