miércoles, 6 de marzo de 2019

Perdóname...

Esta mañana leyendo una meditación encontré algunas consecuencias dolorosas de cuando nos negamos a perdonar; Estas consecuencias vienen de un espíritu que no perdona, y el autor del escrito la describe de la siguiente manera:

a)    Tendremos dificultades para lidiar con el mal que nos han hecho
b)    El resentimiento echará raíces en nuestro corazón y mente
c)    La negatividad comenzará a afectar otras áreas de nuestra vida
d)    Los sentimientos de desasosiego nos privarán de gozo y contentamiento
e)    La acumulación de malos sentimientos comenzará a dañar nuestra salud emocional
f)     Finalmente, la desdicha echará raíces

Estas son solo algunas de las consecuencias que tendremos por el hecho de no permitirnos perdonar; Y digo permitirnos, porque es una decisión muy pero muy personal; No basta con decir que perdonamos, debemos practicar el hecho de perdonar. La palabra “perdonar” viene del latín per y donaré, dar. per, que significa "con insistencia, muchas veces" y donare, que significa "donar, dar". El prefijo per intensifica el verbo que acompaña, donare. Es por esto que digo que el significado de esta palabra se concreta en la acción de “muchas veces dar”.

Demos en el día de hoy ese perdón a las personas que nos rodean, pero principalmente comencemos por perdonarnos nosotros mismos y luego se nos hará más fácil perdonar a los demás. Tomen en cuenta que en la oración  modelo que nuestro Señor Jesucristo enseño a sus discípulos dice: “Perdónanos, como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden…”, o sea que la acción de perdonar debe comenzar por nosotros mismos.

Te invito a que pongamos esto en práctica y que testifiquemos del amor del Padre Celestial a través de esto. Dios nos ama, nos sustenta y nos perdona.

Dios nos regale un hermoso día, y que en él encontremos la oportunidad de perdonarnos y de perdonar.


Perdónanos nuestras deudas, como también nosotros perdonamos a nuestros deudores. Mateo 6:12

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