Dotados
de una nueva vida.
Cuando ponemos nuestra fe en
el Salvador, nacemos de nuevo y recibimos un nuevo comienzo (2 Co 5.17: De modo
que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he
aquí todas son hechas nuevas).
El sello de esta nueva vida
es la presencia del Espíritu Santo de Dios en nosotros, quien nos transforma a
la imagen de Cristo y garantiza nuestra resurrección futura (Ef 1.13, 14: En él
también vosotros, habiendo oído la palabra de verdad, el evangelio de vuestra
salvación, y habiendo creído en él, fuisteis sellados con el Espíritu Santo de
la promesa, que es las arras de nuestra herencia hasta la redención de la
posesión adquirida, para alabanza de su gloria).
Hoy el Señor, nuestro Dios,
nos regala otro día nuevo en sí mismo, para que lo administremos, bajo la dirección
del Espíritu santo, de manera que se cumpla su palabra en nosotros, al decir “Nueva
criatura es”. Lo viejo ha pasado ya, dice el Señor:… he aquí todas las cosas son
hechas nuevas; por tanto vive este nuevo día a la luz de la palabra de nuestro
padre celestial y disfruta de las maravillas que están ya preparadas para
nosotros.
Dios te bendiga, Dios te
guarde, y que resplandezca la luz de Cristo en ti y llegue a los que te rodean.
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