viernes, 19 de abril de 2024

Nuestro amparo fortaleza es Dios.

 



En el Salmos 46 encontramos ánimo y fortaleza para los tiempos de dificultad. Es un Salmos muy bonito que me gusta leer con regularidad, no porque regularmente esté en problemas o dificultades, sino porque me recuerda cuán grande es el amor de Dios por mí.

En los versos del 9 al 11 nos dice que Dios hace cesar las guerras hasta los confines de la tierra, que destruye toda arma forjada por el enemigo, preparado en contra de sus hijos, nos invita a conocer a Dios, a reconocer su grandeza y su poder; nos invita a que estemos quietos, a dejar de luchar con nuestras propias fuerzas las batallas de este mundo. Debemos recordar que no tenemos lucha contra carne ni  sangre, sino contra principados, potestades y gobernadores de las tinieblas, contra huestes espirituales de maldad (Efesios 6:12) 

Este Salmos termina diciendo que Jehová está siempre con nosotros (y está escrito en tiempo presente, lo que indica que El está con nosotros todo el tiempo), y nos asegura que es nuestro refugio.

La invitación de hoy es a que, si te sientes triste, angustiado, desesperado, o simplemente no sientes nada, puedas leer una  vez mas este Salmos 46, te aseguro que cuando termines de leerlo te sentirás lleno de esperanza y nuevas fuerzas para continuar confiando y esperando en la protección de nuestro Dios. El peleará nuestras batallas, sólo debemos entregarlas en oración. Ve a los pies de nuestro Dios en oración y ruego, habla con El como un hijo habla con su padre, permite que Dios pueda abrazarte y confortarte.

Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, no desmayes ni desistas de tus objetivos  y propósitos, pero permítele a Dios actuar a tu favor. El espera a que nosotros confiemos en  El y le dejemos actuar; El sabe lo que  es mejor para nosotros. 

Dios te bendiga y te guarde, y haga resplandecer su rostro sobre ti. Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo y que hay Oloracielo.

martes, 9 de abril de 2024

Una vez más...

 



Todos los días tomamos la decisión de levantarnos y de empezar las tareas que tenemos pendientes por hacer. Dependiendo de nuestras responsabilidades y del grado de compromiso que tengamos, podemos realizar una lista de tareas y empezar nuestros días tratando de organizar nuestras acciones. 

En la vida cristiana es exactamente igual, comenzamos una relación con nuestro Dios donde vamos creando acciones repetitivas y acondicionando nuestra nueva forma o estilo de vida, donde nos acompañaran nuevos horarios, costumbres, hábitos, amistades, incluso programas de radio y de tv. 

Todo esto para darnos cuentas que necesitamos, indiscutiblemente, organizarnos desde nuestro interior; vamos haciendo todo esto en la medida que vamos avanzando en el logro de nuestros objetivos.  

Todo lo anteriormente dicho está bien, pero tengo una pregunta: ¿cuáles son las implicaciones de nuestro nuevo comportamiento? Todo lo que hagamos, pensemos o digamos, tendrá resultados de corto, mediano y largo plazo, de los que tendremos que asumir las responsabilidades que cada uno conlleva. 

No permitas que todas estas acciones o cambios te alejen de tu verdadera esencia, todo nuestro ser debe estar alineado con la voluntad divina de nuestro Padre Celestial. ¿Sabes cuál es tu propósito de vida?, en dado caso que no lo sepas, debes tomar en cuenta las palabras del salmista cuando dijo “Todo lo que respire alabe a Jehová” (Salmos 150:6). 

Al hacer esto, te garantizo que todas las cosas que planifiquemos o no, hacer durante el día y la noche, nos será de bendición y ayuda para alcanzar nuestros propósitos. No desmayemos pues en buscar estar en la presencia de nuestro Dios, una vez más.  

La invitación es para que hoy decidas, con todo tu corazón, colocar a Dios en el primer lugar de la lista de cosas por hacer; no dejes que la monotonía ni la rutina te aparten de tu bendición. Recuerda que Dios es bueno todo el tiempo, y que espera que le abras las puertas de tu corazón. Recuerda que hay Oloracielo. 

martes, 2 de abril de 2024

Cantemos todos a una voz...

 



Leyendo la historia de Salomón en el libro de 2 Crónicas, y pensando en cómo la iglesia actúa hoy día, me puse a meditar, recordé lo bueno que es estar juntos alabando el nombre del Dios Todo poderoso.

Luego de que Salomón trasladara el Arca del pacto  al templo que había construido para Jehová, se reunieron todos los sacerdotes, los levitas, las gentes de Asaf, los de Hemán y los de Jedutún, con sus familias, muy bien vestidos, todos al unísono tocaban címbalos, salterios y trompetas y cantaban para alabar y dar gracias a Jehová (2Cronica 5:2-14).

Dice allí la palabra, que todos cantaban y alababan reconociendo que Él es bueno y que para siempre es su misericordia; y cuando esto ocurrió la casa se llenó de la gloria de Dios. Es una historia parecida a la que se encuentra en el libro de Hechos cuando habla acerca del derramamiento del Espíritu Santo; estaban todos reunidos unánimes, y entonces se escuchó un estruendo del viento el cual lleno toda la casa…y fueron llenos del Espíritu Santo… (Hechos 2:1-5)

Estos acontecimientos, tanto en el viejo como en el nuevo testamento, nos están recordando que para que haya verdadero derramamiento del Espíritu Santo sobre los hijos de Dios, se necesita que estén unidos en oración y ruego, que nos pongamos de acuerdo y que adoremos en espíritu y verdad al Dios Todo poderoso. Es entonces cuando recibiremos de parte de Dios el derramamiento de su Espíritu Santo.

Pero este derramamiento del Espíritu Santo, no es para que demos voces y saltos de alegría que sean efímeros y que sólo lo pongamos de manifiesto en un solo lugar y con unas cuantas personas. No, es para que permanezca en nosotros y vayamos a hablar del gran amor y poder de Dios, a todas las personas que nos rodean.

Si continuamos leyendo en Hechos 2, nos daremos cuenta que luego de ese júbilo por el derramamiento del Espíritu Santo, los que habían sido llenos del Espíritu salieron a hablar a otros, en sus propios lenguajes, note que allí aclara que les escuchaban hablar en sus lenguas o idiomas, en el cual habían nacido.

Hermanos, no confundamos el gozo del Espíritu con una fiesta momentánea que regularmente puede durar lo que dura una celebración de culto. El gozo del Espíritu Santo es más que eso. El propósito del derramamiento del Espíritu es llevar esperanza y buenas nuevas a todos aquellos que la necesitan. No seamos egoístas, ni caprichosos.

Aprendamos desde hoy que lo que Dios nos ha regalado (por gracia) y que hemos conocido por la revelación de su palabra (lectura y estudio de la Biblia), es para salvación y vida eterna. No cantemos himnos ni cánticos que digan:

“Al cielo iremos un día,

un bello hogar nos espera,

allí entre todos te buscare,

no quiero que quedes afuera.

Quien al lado de mi vivirá?,

llegando al cielo veré,

a tu puerta tocare y espero ver

que tu mi vecino serás….”

 

No cantemos este corito sino estamos dispuestos a salir a predicar (en el lenguaje del necesitado) del amor y la salvación de Cristo Jesús Señor nuestro.

Al hablar de la gracia, del amor, del perdón y del poder de Dios, las almas necesitadas reconocerán su necesidad de Dios mismo en sus vidas, se compungirán, se arrepentirán y podrán ser bautizadas en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados, y entonces recibirán el Espíritu Santo. Luego de esto se les encomienda a testificar y exhortar para salvación; se les invita a que permanezcan en la doctrina, en la comunión, en el compartir y en la oración. (Hechos 2:38-42).

Este es el verdadero resultado del derramamiento del Espíritu Santo, testificado por aquellos que desde el principio de los siglos (David) y hasta nuestros días (Jesucristo, Espíritu Santo) se nos ha sido dado para salvación y vida eterna.

Termino esta reflexión con las palabras escritas en el libro de Apocalipsis 22:17

“Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente”.

Esta es la invitación de hoy: Ven a los brazos amorosos de nuestro Dios, déjate limpiar, llenar y transformar por el Espíritu Santo y haz la obra que se ha encomendado a los hijos de Dios. Cristo vuelve pronto, y en su espera no debemos menguar, más bien trabajar con ánimo. Recuerda que el Espíritu y la Esposa dicen VEN!. Dios te bendiga y te guarde, recuerda que hay Oloracielo.

Nota: Asaf, Hemán y Jedutún, eran de los principales cantores de los cultos ofrecidos tanto por David como por Salomón. Aprendamos de ellos y CANTEMOS TODOS A UNA VOZ.


De la desorganización a la organización.

  A veces, cuando tenemos mucho estrés, provocado por las muchas horas de trabajo, las pocas horas que dedicamos a dormir, por los compromis...