Muchos
días de oscuridad alrededor de aquellos que están sumergidos en angustias,
carencias, situaciones, enfermedades o en cualquier otra situación que le
provoque y le haga sentir lejos de Dios. Pero debemos recordar, que cuando más
oscura es la noche, es porque más cercano está el amanecer.
Cada día trae su propio afán,
pero sé que a veces los afanes se multiplican y hasta se triplican, pero para
todo eso también sale el sol. Hoy quizás te levantaste tan cansado o cansada,
tan decepcionada de hacer y hacer y no lograr nada, de esforzarte en hacer las
cosas bien y no ver resultados; o quizás solo quieres descansar.
Te entiendo, yo también tengo días
así; pero son esos días los que me muestran el gran amor que Dios tiene para
sus hijos, si, en esos días, debemos ir a los brazos de Jesucristo y decirle
cuan cansado estamos, cuanto anhelamos ayuda, cuanta falta nos hace un
abrazo...
Dios como omnisapiente sabe
perfectamente cómo nos sentimos y que nos hace falta, y también sabe en el
momento que necesitamos sus milagros, su perdón y su misericordia. Es justo en
esos momentos cuando El desea escuchar nuestra voz diciendo “Padre amado en ti
confío”.
Cuando reconocemos que Dios
tiene el poder de cambiarnos la vida, entonces es el momento de Dios actuar y
crear delante de nuestros ojos un bello amanecer.
Hoy es un buen día para decirle
a nuestro Padre eterno, cuanto le amamos y cuanto necesitamos su ayuda,
recuerda que Él está allí para socorrernos, y para mostrarnos cuanto nos ama.
Ven hoy a los brazos amorosos de Jesucristo, pídele en oración que venga en tu
auxilio, y prepárate espiritualmente para recibir sus milagros.
Recuerda que Dios es bueno todo
el tiempo y que todo el tiempo Dios es bueno. Dios te bendiga, y recuerda que
hay Oloracielo.
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