lunes, 5 de junio de 2023

“Sáname… sálvame… tu eres mi alabanza”

 


 


En el libro 1 Timoteo dice: "Porque si alguno no provee para los suyos, y mayormente para los de su casa, ha negado la fe, y es peor que un incrédulo", aquí nos hace referencia a proveer para los nuestros, exhortándonos a ser piadosos con nuestros semejantes, especialmente con nuestros seres más cercanos.

Cuando hablamos de ser piadosos debemos conocer primero el significado de esta palabra, en la real academia de la lengua define esto como “Que siente o muestra pena y compasión por la desgracia o el sufrimiento ajeno o que posee una tendencia natural a tener ese sentimiento.” Entonces es bueno también que nos preguntemos, ¿fue Jesús un ejemplo de compasión para nosotros?, yo en lo personal creo que si….

Siendo Jesucristo un ejemplo de compasión o piedad por el prójimo, no deberíamos nosotros hacer lo mismo?, no es acaso esto a lo que estamos llamados?, porque nos cuesta tanto identificarnos con nuestros semejantes?

El enemigo de las almas se ha encargado de hacer que la maldad sea tan común que ya no la veamos como tal; dice en la biblia “ y por haberse multiplicado la maldad, el amor de muchos se enfriará.” (Mateo 24:12), y esto es la pura verdad. Ya está tan degradada que fácilmente podemos confundir lo bueno con lo malo.

Es por esto que ya no vemos al vecino como nuestro familiar más cercano, de hecho hay personas que viviendo en un edificio no conocen a ninguna de las personas que comparten el espacio habitacional. Es triste decirlo pero es la pura verdad.

Esta verdad que hoy nos llena de dolor y amargura es la que estamos cada vez más alimentando con nuestras malas prácticas y nuestro endurecido corazón. Un corazón que solo busca el bienestar propio y dicen “para que la desgracia llegue a mi casa que llegue a la ajena”….

Pero se les olvida que el mundo en general es nuestro hogar, y que no fuimos creados para estar solos, somos un gran pueblo, una gran nación, todos somos hijos amados de Dios.

Pidámosle a Dios que nos colme el corazón de bondad y compasión, que saque todo lo que sobre, todo aquello que nos daña, que nos destruye y que nos separa de nuestros semejantes.

Comencemos por ser mejores amigos de Jesucristo y veremos cómo nuestras relaciones interpersonales con los demás mejoraran grandemente. Que sea nuestra oración diaria “Sáname… sálvame… tu eres mi alabanza” (Jeremías 17:14).

Dios te bendiga y te regale un día bonito, recuerda que hay olor a cielo.

 


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Sea tu si, si y sea tu no, no.