Cuando
decidimos seguir a Cristo, una de las primeras cosas que suceden es que sentimos
incertidumbre por todo lo que nos espera en este camino; el no saber cómo
debemos actuar, o cómo debemos manejarnos en nuestro entorno habitual; claro es
que nos verán diferentes y sentirán que ciertas cosas han cambiado en nosotros.
Entonces es allí donde comienza la lucha por sobrevivir entre nuestra antigua vida
y nuestras costumbres, y nuestra nueva vida en Cristo.
Muchas
veces comenzamos a sentir el rechazo de las personas que están más cerca de
nosotros, aquellos que se suponía que deberían apoyarnos en todo; ellos
inconscientemente nos atacan, porque no entienden que ya somos diferentes; esto
nos hace preguntarnos muchas veces ¿vale la pena continuar?, lo que queremos es
estar bien con todo lo que nos rodea.
Muchas
veces caemos en las garras de las ilusiones del pasado, y nos vamos alejando
poco a poco de lo que es la relación con Dios, para mejorar la relación con
nuestro entorno. Pero cierto es que lo más importante debería ser nuestra
relación con Dios; esto nos permitiría mostrarles a los demás que, si hay
esperanza en medio de tanto llanto, dolor, y sufrimiento.
Amados,
no vean a las personas que buscan de Dios como personas extrañas, son las
mismas personas que han conocido antes, pero en versión mejorada, más humanos, más
sencillos, más piadosos, que intentan ser menos dramáticos, menos egoístas,
menos rencorosos, menos despiadados...
Aprendamos
a respetar las decisiones de los demás, en la misma medida que queremos que
respeten nuestras decisiones. Nunca es más oscuro que cuando va a amanecer, por
lo que te digo a ti, querido hermano, que no te desanimes, no mires atrás, no
desmayes en el deseo de buscar más de Dios y de una vida renovada. La biblia
nos enseña algo muy interesante "Pedid, y se os dará; buscad, y
hallaréis; llamad, y se os abrirá. Porque todo el que pide, recibe; y el
que busca, halla; y al que llama, se le abrirá. ¿O qué hombre hay entre
vosotros que si su hijo le pide pan, le dará una piedra,…"
Mateo 7:7-9
Esto
es sólo una muestra de todo lo que Dios está dispuesto a hacer por nosotros; Dios
quiere regalarnos una estancia armoniosa con nuestro entorno, una vida con
esperanza. Abre tu corazón a Dios, pídele, habla con él, y sobre todo aprendamos
a escuchar la voz de Dios. Tengamos una relación inquebrantable con nuestro
creador, a través del estudio de su palabra, la oración y la comunión espiritual
con El.
Que Dios
te regale un día bendecido y en victoria. Son los sinceros deseos de tus amigos
de Oloracioelo.blogspot.com
Salmos 37:4
Pon tu delicia en el SEÑOR, y Él te dará las peticiones de tu corazón.
No hay comentarios:
Publicar un comentario